Ideas

“La Llevada”

Un 12 de octubre sin “Llevada” a Zapopan es -valga el adagio italiano- “como una comida sin vino... o como un domingo sin sol”.

Sucede, sin embargo, que una tradición varias veces centenaria, arraigada desde hace muchas generaciones entre los tapatíos de origen y acogida de buen grado por los de adopción, se ve interrumpida por segunda ocasión a causa de la pandemia que en mayor o menor medida nos cambió la vida.

Las autoridades civiles, a instancia de las sanitarias y con la anuencia de las religiosas, han tomado medidas orientadas a evitar la congregación de multitudes. No las hubo, por tanto, como antaño, desde la víspera en la Catedral y sus alrededores, ni las habrá hoy para la misa de despedida, ni para la romería propiamente dicha -con los consabidos grupos de danzantes, pajareros, etcétera, que escoltan o acompañan al carruaje en que se transporta la imagen-, ni en la misa de bienvenida en la Basílica de Zapopan con que culmina la celebración.

-II-

Considerando que se trata de una situación verdaderamente excepcional, habrá que ver qué efecto tienen estas interrupciones en el ánimo de los fieles; si el año próximo, o el siguiente, o cuando las circunstancias permitan intentar volver a la antigua normalidad, vuelven a congregarse las muchedumbres de los años anteriores, estimadas en más de dos millones de personas: algo así como la mitad de los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Lo mismo si la tradición se sustenta en un sentimiento tan profundo como la piedad, que si lo hace en uno tan superficial como el folclor, habrá que observar qué impacto tiene la suspensión en el ánimo de la gente, considerando, por ejemplo, que alguna vez que la romería, excepcionalmente, resultó pasada por agua a causa de la lluvia, la concurrencia apenas si lo resintió.

-III-

Habrá que ver, también, cuando eso suceda, si los principales promotores de la tradición -las autoridades eclesiásticas- recogen el llamado del papa Juan Pablo II, cuando él mismo participó en una versión extraordinaria de la romería, el 30 de enero de 1979, en ocasión de su primer viaje a México, a “la depuración prudente de eventuales formas de religiosidad que presenten elementos menos adecuados”, y “aprovechar pastoralmente estas ocasiones, acaso esporádicas, del encuentro con almas que no siempre son fieles a todo el programa de una vida cristiana, pero que acuden guiadas por una visión a veces incompleta de la fe”.

jagelias@gmail.com

Síguenos en

Temas

Sigue navegando