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La Legislatura histórica del doble 63

Sin duda una grata coincidencia. La próxima LXIII (63) Legislatura pasará a la historia como la primera con una mayoría de diputadas. El 63 por ciento de los 38 escaños del Congreso local serán ocupados por mujeres. Así, de tener 16 diputadas en la saliente LXII Legislatura, se pasará a tener 24, mientras que diputados varones sólo serán 14 de siete fuerzas políticas que estarán representadas en el Poder Legislativo a partir del próximo primero de septiembre: MC (16), Morena (8), PRI (5), PAN (5), Hagamos (2), Verde (1) y Futuro (1).

Habrá que reconocer que para que esto ocurriera, además de los avances en los lineamientos legales de paridad de género en el reparto de candidaturas a los que están obligados los partidos políticos, ayudó también el hecho de que de los 16 Distritos ganados por el partido Movimiento Ciudadano, en 11 habían postulado a mujeres como sus candidatas.

Por eso la gran expectativa con la que iniciará la LXIII Legislatura será ver si esta vez se hacen a un lado las diferencias políticas y las agendas partidistas a las que responden cada una de las diputadas y ahora sí se logra una bancada de mujeres que se intentó en la actual Legislatura sin que se haya podido avanzar en los distintos temas de la agenda de género, incluso ni siquiera en las reformas constitucionales necesarias para garantizar la paridad de género y no depender de las negociaciones y presiones que se dieron en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC) cuando se buscó el reparto paritario de candidaturas en los 10 municipios más importantes de la entidad.

De entrada está ahí el reto de contribuir desde el Congreso para detener y erradicar la violencia contra las mujeres y su expresión extrema como son los feminicidios, así como el combate a la discriminación y desigualdades que aún sufren las mujeres en todos los ámbitos.

Las mujeres diputadas que serán mayoría por primera vez en el Congreso tendrán también la oportunidad histórica de cambiarle el rostro y tratar de corregir la desprestigiada imagen de las y los diputados por los constantes escándalos de corrupción, impunidad y opacidad en el Congreso local.

Más aún porque si bien las dos anteriores Legislaturas (LX y LXI) trataron de sacar al Congreso del tobogán del desprestigio, en la actual Legislatura volvieron a las andadas de aumentar la nómina, otorgarse bonos de forma discrecional, a simular convocatorias, pero continuar con la lógica de los cuates y las cuotas, como sucedió con magistrados y consejeros de la Judicatura, y recientemente con el caso del contralor del Congreso, Arturo Ríos Bojórquez, que ni siquiera alcanzó la aprobación del Comité de Participación Social (CPS) del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) por no cumplir con los tres años de experiencia mínima, que era uno de los requisitos.

Así, la historia de la supremacía machista fue en lo general de degradación ética en el Congreso que tiene a las y los diputados con muy mala fama y poca reputación social. Veremos si el rompimiento de ese dominio patriarcal con la mayoría que tendrán las diputadas sirve para iniciar a cambiar la historia de corruptelas que han marcado siempre a nuestro Poder Legislativo.

jbarrera4r@gmail.com
 

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