La Iglesia: política y encuestas electorales
Casi para terminar las precampañas, la Iglesia de Guadalajara aprovechó la penetración de su periódico “Semanario” para hacer algo inusitado: publicó encuestas de preferencia electoral. Y por si fuera poco, en éstas va como ganador en la carrera por la presidencia Andrés Manuel López Obrador, mientras que en pos de la gubernatura el favorito, por mucho, es Enrique Alfaro Ramírez.
La publicación semanal de la Arquidiócesis tapatía rompió todos los esquemas. Si bien presentar encuestas en año electoral es algo tan repetitivo que el ciudadano promedio ha perdido sensibilidad e interés, que lo haga un periódico oficial de la Iglesia que cada semana tiene garantizada su presencia en más de 440 parroquias y con un público cautivo que distribuye el mensaje entre los miembros de la familia, es algo para tomar en cuenta con más seriedad.
El vocero de la Arquidiócesis de Guadalajara, Antonio Gutiérrez Montaño, ha subrayado (tuve oportunidad de entrevistarlo) que antes de hacer públicas las encuestas consultaron con las instituciones electorales y también tuvieron comunicación con la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. Todo está en orden y no habrá sanciones. El periódico de la Iglesia tiene libertad de publicar información política y electoral al margen de su línea editorial e ideológica. Lo mismo hacen todos los periódicos en el país.
Además, según el clérigo, que López Obrador y Alfaro Ramírez sean los preferidos según el resultado del estudio estadístico, no significa en automático que la Iglesia los apoye o esté a favor de esas opciones políticas. Es más, en varios puntos incluso hay contraposición de ideas.
Claro, Andrés Manuel en principio ni siquiera es católico, sino cristiano. Aunque ha tenido cuidado de no declararse abiertamente en temas polarizantes como el aborto o los derechos homosexuales, sí es evidente que el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiende a identificarse con la izquierda. Pero el pragmatismo político flexibiliza hasta las ideas más duras, porque en la elección presidencial Morena va en alianza con el Partido Encuentro Social (PES), que en los círculos políticos es casi un instituto político confesional.
En el caso de Enrique Alfaro, sus choques con la Iglesia son recientes y las heridas están abiertas. Hay un sector identificado con el catolicismo local, quizá pequeño, pero bastante ruidoso, que ha organizado movilizaciones y tiene el respaldo del arzobispo emérito y cardenal Juan Sandoval Íñiguez, para repudiar y exigir el retiro de una extraña obra escultórica que se titula “Sincretismo”, en la que es motivo central la imagen de la Virgen de Guadalupe, ofendida —interpretan— con el añadido de imágenes de serpientes y calaveras. El candidato a gobernador se ha negado tajantemente a remover la escultura y resistió los embates del que fuera poderoso arzobispo.
Y a pesar de todo esto, el “Semanario” presentó las encuestas y a los punteros.
Todos los indicios apuntan a la congruencia y un ejercicio periodístico ético, digno de reconocimiento para el equipo editorial.
Pero no se puede negar que, intrínsecamente, existe una lectura de apoyo que influirá en muchos católicos. Son mayoría.