La Ciudad de las Rosas
Tres señoras conducen al público por los cuartos de una vieja casa de la calle Morelos mientras le cuentan sus historias. Eso es, para empezar, el espectáculo “La Ciudad de las Rosas”, del grupo Bazar Teatro. Pero tal sinopsis esconde las muchas cosas que, literal y figuradamente, hay en este trabajo, la tercera apuesta de este grupo local con teatro documental, después de “Ambulante, Voces de la ciudad” y “La Fábrica”.
Teatro documental es un grupo amplio de técnicas y metodologías que, en esencia, procura llevar a escena historias reales. Bazar Teatro parte de la recuperación de testimonios de tapatíos y “La Ciudad de las Rosas” es la más literal de sus traducciones: tres (adorables) señoras, que participaron en un taller de teatro con personas de la tercera edad, le cuentan al público cómo llegaron a Guadalajara allá por los sesenta y setenta, cómo sus vidas se transformaron y cómo llegaron al año 2020 convertidas en mujeres que tienen sueños nuevos. El esfuerzo de ambientar una casa que ya es escenografía de por sí, muchos objetos y un curioso uso del verso completan el trabajo.
Por momentos, sobre todo cuando las señoras Estela Silva, María Guízar y Rosario Loyola (por años, colaboradora de El Informador) se entusiasman, “La Ciudad de las Rosas” es fascinante. Además de la simpatía y la generosidad de las mujeres, los simples recursos que utilizan mantienen atento al público. Lo de menos es el éxito técnico: si alguna línea se les olvida, si se interrumpe alguna escena, a nadie le importa demasiado. Justo es decir, al tiempo, que la dirección escénica prescinde de los demás elementos y da la prioridad a los textos.
El recorrido dura casi una hora; unas 20 personas por vez siguen a las tres señoras, así que hay que caminar, estar de pie y apretarse junto a los demás espectadores (a veces, perdón, uno le estorba a la actriz). Esto puede ser incómodo, así que se espera cortesía y paciencia de los asistentes. Por suerte, hay premios: gracias, señora María, por la salsita molcajeteada.
“La Ciudad de las Rosas” es un encuentro sencillo y cariñoso con gente real, y por eso es teatro: no por la nostalgia o la recuperación de la memoria, sino por la verdad presente que produce. Por alegre o triste que sea lo que nos relatan, de repente nos descubrimos compartiendo el aquí y el ahora de una mujer que lucha y que quizá triunfe. Es teatro sobre gente a la que podemos reconocer; y si bien el teatro, hoy tan diverso, puede hacer muchas más cosas en muchos formatos, éste en particular ofrece una experiencia viva y emocionante.
Eso sí: hay que disponerse. Una de las señoras recuerda una Guadalajara en donde la gente sí se miraba a los ojos; en el teatro, eso es indispensable: las cosas no funcionan si uno no se deja mirar.
Aparte sus boletos en el Facebook de Bazar Teatro (facebook.com/bazarteatro), porque se acaban. Funciones: viernes 14 y sábado 15, 19:00 horas. Y por favor, sea un buen tapatío: apague su celular.
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