La 4T no gusta de una ASF incómoda
El fuego presidencial escaló y hoy quieren al titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Colmenares Páramo, en el paredón para su fusilamiento.
No se puede interpretar de otra manera el citatorio que salió ayer de San Lázaro para que comparezca él y su equipo de auditores especiales ante la Cámara de Diputados, inmediatamente después de que así lo instruyó desde el púlpito presidencial de la mañanera Andrés Manuel López Obrador.
El ya conocido desprecio del Presidente a todo lo que huela a contrapesos, en especial si se trata de Órganos Constitucionales Autónomos, se desbordó contra el titular de la ASF, contra el que volvió a embestir ayer al señalar que el informe de la Auditoría que le hace observaciones por más de 67 mil millones de pesos fue una “politiquería” para dar información falsa a sus adversarios políticos.
La suerte parece estar echada para Colmenares y que la aplanadora morenista que en la pasada legislatura lo encumbró, hoy lo desplace luego de que el lunes vaya con las y los diputados de la Junta Directiva del Poder Legislativo para “conocer y ampliar información pertinente a los informes enviados a la misma Cámara de Diputados, no sólo la del aeropuerto”, sino para revisar sus metodologías.
Así le pasó a su antecesor, Juan Manuel Portal, que les parecía sumamente incómodo. Y eso, cada vez está más claro, no le gusta al gobierno de la autollamada cuarta transformación.
Habrá que recordar que Colmenares llegó a la ASF en marzo de 2018 con la bendición de la bancada morenista y priista, y solventó de un plumazo observaciones por 685 millones de pesos que se habían hecho a la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres del gobierno chiapaneco de Manuel Velazco, aliado político de AMLO.
En ese caso, el recién llegado auditor superior Colmenares dio por buenos los documentos y comprobantes que invalidó en su momento, en su informe de febrero de 2018, el entonces titular de la ASF, Juan Manuel Portal, a quien por su verticalidad removieron con los votos de priistas y morenistas en la pasada legislatura federal.
Aquellas simpatías y respaldo parecen haberse esfumado ahora que Colmenares se salió del redil y mostró la independencia a la que obliga estar frente a la ASF.
El golpe a la credibilidad del principal órgano auditor está dado. Se consumara explicitamente si la mayoría morenista y sus aliados remueven al auditor. Si no, la ASF quedará tocada y doblada ante la furia un poder presidencial que todos los días se empeña con su autoritaraismo en querer ser intocable.
Una apuesta de alto riesgo será, pues, para Morena acatar este capricho presidencial y atentar contra la ASF de cara a las elecciones en las que estará en juego la mayoría que ostentan hoy en la Cámara de Diputados.
jbarrera4r@gmail.com