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José Luis González Íñigo, un ejemplo en Jalisco

Qué afortunado me siento al tener como amigo a José Luis González Íñigo, un hombre que desde que llegó a nuestro Estado hace más de 60 años, demostró su gran vocación de servicio. Aparte de ser un gran empresario y triunfar en todo lo que se propone, es un gran filántropo, una persona sencilla, humilde y caritativa, ya que ha dedicado gran parte de su vida a velar por los demás.

Ahora, como presidente del Banco de Alimentos de Guadalajara, el cual, aparte de la labor titánica que tiene al poder repartir entre la clase necesitada alimentos, reparte ropa y enseres domésticos y actualmente impulsa la creación del Banco de Empleos.

González Íñigo rescató lo que fue el premio IJAS, que dejó de otorgarse durante 3 años, convirtiéndolo en el “Premio a la Generosidad Jalisco”. Esto es un aliciente para motivar a más personas y a la sociedad a aportar parte de su talento al servicio de la comunidad y dar a conocer lo bueno que se está haciendo, reconociendo a las personas generosas y a las asociaciones que destacan en la ayuda a la comunidad para así poder hacer algo por alguien que lo necesite.

Durante el evento de premiación a la Generosidad en Jalisco, que se llevó a cabo en el bellísimo escenario del Teatro Degollado, contó en el presídium con el propio José Luis González Íñigo, acompañado entre otras personas por el Cardenal Don José Francisco Robles Ortega, Alberto Esquer ex titular del sistema de Asistencia Social del Estado de Jalisco, a quien se le otorgó uno de los reconocimientos por su labor mientras estuvo al frente de esa Secretaría. Otro de los miembros del presídium fue Xavier Orendáin de Obeso, con la representación del Gobernador del Estado,  que desafortunadamente no asistió a tan importante evento, aunque según José Luis González Íñigo, el Banco de Alimentos ha recibido un buen apoyo del Gobernador, que extrañamente no asistió.

En la intervención del señor cardenal don José Francisco Robles Ortega, lamentó “que bien no hace ruido y el mal hace mucho ruido”, sumándose al reconocimiento del bien que hacen todas las personas generosas que no hacen ruido. El Cardenal recibió un reconocimiento especial de manos de González Íñigo, aclarando el Arzobispo que recibía el reconocimiento no en su persona sino en el de la Iglesia de Guadalajara.

Se hizo un reconocimiento póstumo a Don Jaime Reyes Robles, por su gran compromiso social al impulsar el desarrollo de la investigación y haber dado sus últimos días al Banco de Alimentos y sobre todo a la creación del Banco de Empleos. Otros galardonados fueron: como Benefactora Social la señora Irma Mildori Kishi, fundadora de la Casa Down de Guadalajara; el premio a la Generosidad en la categoría Organización Civil del Área Metropolitana se otorgó a “Operación Emile México”, institución dedicada a ayudar con cirugías a niños en vulnerabilidad con paladar hendido.

En la categoría Organizaciones Civiles del Interior del Estado se reconoció al comedor infantil “Nada es Imposible para Dios”, que atiende alrededor de 280 niños y adultos mayores con alimentos diarios, siendo el segundo lugar la asociación civil CORI que atiende a personas con discapacidad musculoesquelética.

Durante las palabras del Ingeniero José Luis González Íñigo, mencionó que algo que ha visto entre los jaliscienses es que son agradecidos, destacando su generosidad, mencionando entre otros a Carlos Álvarez Bermejillo, Roberto Orozco, Francisco Arroyo, al Padre Santiago Bravo, a Don Pablo Jiménez y a su hijo Arturo Jiménez, e hizo una invitación de seguir cada año con este reconocimiento, que hoy tuvo el apoyo del Gobierno del Estado pero se pretende que en tres años sea con el apoyo de la sociedad, destacamos que esta gran iniciativa ha sido promovida por González Íñigo.

Ojalá tuviéramos a varias personas con la generosidad de mi amigo José Luis, que es un ejemplo para todos los jaliscienses, pues de ese modo mejoraríamos nuestra sociedad, haciéndola más humana.

Se despidió González Íñigo diciendo:

“La vida me ha enseñado que ser agradecido y generoso son las dos más grandes cualidades del ser humano”.

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