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Guía para entretenerse este 2 de junio

Más allá de sus pasiones políticas, de la falta de ellas, o del interés que le generen los comicios de este domingo, habrá que asumir que el resultado nos afectará los próximos seis años. Y si bien es cierto que la fatiga que nos deja casi un año de campañas y precampañas políticas nos lleva a ver con cierto hartazgo la última jornada, podría ser sumamente entretenido si lo vemos desde la perspectiva de los desafíos que están en juego.

No solo se trata de la definición de la presidencia o las nueve gubernaturas en disputa. Hay muchas batallas por resolverse en materia de horas. Aquí algunas de ellas.

El plebiscito. En 2018 Andrés Manuel López Obrador obtuvo 53.2% del voto. Morena intenta superar esa meta para mostrar que los seis años de gobierno validan y, si es posible, profundizan la aprobación de los mexicanos. En todo caso, para efectos simbólicos y de legitimidad, es fundamental para Claudia Sheinbaum superar la cota del 50 por ciento.

El debate de las casas encuestadoras. Durante meses las principales empresas del ramo dieron una ventaja de más de 20 puntos a la candidata oficial y lo ratificaron esta última semana; la oposición juró que había una sobreestimación de la puntera, atribuible a ineficiencia de las empresas o al fenómeno del voto oculto. Los resultados darán la razón a unos u a otros. En todo caso, hubo algunas encuestadoras con previsiones tan disparadas que terminarán siendo satanizadas o glorificadas según sea el caso.

El futuro de Xóchitl Gálvez. No está claro lo que pueda suceder con la candidata opositora después de esta jornada. Recordemos que los casos más recientes, Josefina Vázquez Mota en 2012, Ricardo Anaya y José Antonio Meade en 2018, se eclipsaron en los siguientes años. Dependerá en mucho del resultado. Si realmente logra reducir a 10 o 12 puntos la diferencia definitiva, habrá sido un logro en buena parte atribuible a su candidatura. Si la distancia queda en 18 o 20 puntos se habrá concretado la ventaja inicial, sin mayor o menor mérito o demérito de la campaña opositora. Una derrota por 25 puntos o más sin duda dañaría su imagen, supuestamente competitiva, y con ello su futuro.

La composición del Congreso. Con razón se le ha llamado la madre de todas las batallas. El Plan C del presidente consiste en obtener dos tercios de curules y escaños de las ćamaras y conseguir así la mayoría “constitucional” para hacer las reformas sin necesidad de la minoría. Se ve difícil. Lo más probable es que alcance la mayoría simple: 50% más 1. Eso le permitirá al nuevo gobierno conseguir la aprobación de presupuestos y reglas secundarias. Por el contrario, si ni siquiera eso consigue, será percibido como un gran triunfo de la oposición, aún cuando esta pierda la presidencia.

Tamaño de la debacle del PRI. El tricolor obtuvo 17% de la votación en 2018, pero desde entonces ha perdido la mayor parte de las gubernaturas que presidía. La dirigencia actual, de Alito Moreno, ha sido duramente cuestionada y cuadros importantes han emigrado. Las encuestas le otorgan el primer lugar a la pregunta ¿por cuál partido nunca votaría? Las previsiones sitúan el sufragio a su favor entre 10 y 16%. ¿Se confirmará la lenta pero inexorable caída de este partido o, como en otras ocasiones, revivirá luego de habérsele dado por muerto?

Movimiento Ciudadano y la disputa por el tercer lugar. MC no solo pretende instalarse como una tercera vía, ya consolidada, entre la polarización de las dos grandes fuerzas políticas que se disputan el país. Cualquier cosa que supere al 10% de la votación dará alas a esta tesis. Por el contrario, si la cifra ronda un 6% será un baño de agua fría a sus pretensiones; no muy lejos de lo que otros partidos morralla han obtenido en otras ocasiones.

Las nueve gubernaturas. Se da por descontado que en Puebla, Chiapas y Tabasco Morena ratificará con holgura su actual predominio. Lleva ventaja en Morelos, en Veracruz y en Ciudad de México, que también gobierna. Pero en estos tres casos la diferencia que arrojan las encuestas no es categórica y no los exenta de alguna sorpresa. El suspenso se mantendrá hasta el último instante. Por el lado de la oposición se asume que Guanajuato seguirá siendo panista y Jalisco emecista, pero Yucatán, territorio blanquiazul desde hace años, podría estar en riesgo. En suma, la lógica es que la fuerza que hoy domina ratifique la ventaja con la que llegan a las urnas: seis entidades serían para Morena, tres para la oposición. Equivaldría a salir tablas. Cualquier otra combinación arrojaría perdedores y ganadores inesperados.

La disputa por la capital. Hay nerviosismo en Palacio. Clara Brugada, candidata morenista, llega con ventaja al día decisivo, pero según las encuestas se ha venido reduciendo en las últimas semanas. Como bien se sabe, en las elecciones intermedias la oposición ganó la mitad de la ciudad, el lado poniente, y puso en entredicho la noción de que la Ciudad de México era el bastión de la izquierda.

Lo que puede haber sido y no fue. En caso de salir derrotada Xóchitl Gálvez en la disputa presidencial y Santiago Taboada en la de la capital, cabría preguntarse si la oposición terminó siendo víctima de una estrategia de López Obrador. El presidente provocó de alguna forma la burbuja de protagonismo que condujo a la designación de Gálvez como candidata presidencial. Ella no había escondido su deseo de aspirar a la alcaldía de la capital y sin duda habría sido una candidatura más popular que la de Taboada. ¿Habría vencido Xóchitl a Clara Brugada? Quizá, pero entonces podría haber entrado otro supuesto de política ficción: en tal escenario el candidato de Morena habría sido Omar García Harfuch.

Sobrevivencia del PRD. Se supone que es el único de los partidos pequeños que están en riesgo de perder la cabeza en la guillotina del 3% de la votación que exige la ley para mantener el registro. La vieja camarilla de los Chuchos es lo único que queda del partido fundado por Cárdenas y López Obrador. La inercia ha mantenido un voto precario, pero al límite en las últimas elecciones. Podría ya no ser el caso.

No todas las preguntas serán respondidas esta noche, pero sí la mayoría. Y las restantes quedarán semblanteadas. Una buena intriga para la mayoría de los lectores; dramas y tragedias para algunos otros. Noche de duelos y jolgorios

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