Jorge Vergara
Gran empresario, visionario, multifacético y humanista.
Tuvimos la mala suerte que Jorge Vergara se nos fue, pero dejando una huella ejemplar en Jalisco y en México como gran trabajador y exitoso empresario con visión excepcional.
Yo conocí a Jorge cuando trabajaba en Casolar, desarrolladora regiomontana, tenía él 23 años, estaba encargado del Departamento de Ventas de unos departamentos que realizó Casolar, que me pidieron el diseño del extraordinario hotel Las Hadas.
Al terminar su misión en Manzanillo, decidió instalar un puesto de carnitas que él mismo freía y elaboraba, localizado atrás de Maxi, que fue un supermercado de los señores Moragrega y el primer supermercado en Guadalajara, instalado en Avenida Américas.
Posterior a ese tiempo que estuvo elaborando y vendiendo carnitas, trabajó en el Departamento de Ventas de una agencia de autos propiedad de Fernando Albarrán y algunos socios. Después de esa etapa empezó a trabajar en Herbalife, donde más tarde él y una brillante muchacha llamada Maricruz, quien luego fue su esposa, fueron designados por la empresa como los mejores vendedores a nivel internacional.
Enseguida empezó a trabajar con Omnitrition, una empresa en la misma rama de Herbalife que elaboraba y vendía suplementos alimenticios, eso fue en Estados Unidos. Jorge le propone a Omnitrition que se extienda para América Latina, a México y Omnitrition rehusó la opción; entonces Jorge se da cuenta que Omnitrition no está registrada en México y él instala en México una compañía con el nombre de Omnitrition, ya que legalmente lo podía hacer y lo realizó con gran éxito.
Sin embargo, al tiempo le cambió el nombre de Omnitrition a Omnilife, con una visión global. Así tuvo un extraordinario éxito incursionando en 17 países con miles de distribuidores. Para entonces ya se había separado de Maricruz y le había repartido justamente la mitad de la empresa y la Hacienda la Escoba, que había adquirido y arreglado extraordinariamente.
Una de las grandes cualidades humanistas que tenía Jorge era que cualquiera de los miles de distribuidores de Omnilife que trabajaba con él le llamaba a su celular, porque todos conocían el número, y Jorge les contestaba donde quiera que él estuviera, así fuera una trabajadora o un trabajador de Nicaragua, de Argentina, de cualquier lado, los atendía y hasta los recetaba.
A mí me tocó vivir una experiencia muy importante: me invitó a Bahamas a una reunión que él hacía anualmente, rentando aviones, transportando a todos sus distribuidores. A ese magnífico y grandioso hotel asistieron cuatro mil distribuidores, a quienes reunía en un enorme salón y cuando él subía al estrado a hablarles y platicarles de la estrategia de Omnilife a los distribuidores, tenía un gran éxito y un extraordinario poder de convocatoria. Todos lo adoraban y lo demostraban con nutridos aplausos a sus palabras.
Tuve la suerte que fuimos muy buenos amigos, estuvo en mi casa varias veces a cenar en ese tiempo con su esposa Angélica Fuentes, antes se había casado con Roxana Lerdo de Tejada. También estuve en su apartamento en México invitado a cenar con la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota.
Luego llegó el tiempo cuando adquirió a las Chivas, el Club Guadalajara, haciéndolo resurgir logrando dos campeonatos y con la idea de transformarlo en un club de la categoría del Barcelona y del Real Madrid; con esa idea construyó el Estadio de Futbol, el más bello de México, diseñado por los arquitectos franceses Jean Marie Massaud y Daniel Pouzet.
Desafortunadamente tuvo la mala suerte de que su esposa Angélica, después de haberle hecho una extraordinaria fiesta en el Instituto Cabañas cuando cumplió Jorge 60 años, a los pocos días se destapó con un comportamiento increíble, malo, pidiendo el divorcio; luego se encontró que como ella ya manejaba casi personalmente a las Chivas y tenía mucha influencia en Omnilife, resultaron malos manejos y hubo una gran trifulca entre los dos; en lo personal creo que eso le hizo mucho daño en su salud a Jorge.
Después se casó felizmente por segunda vez con Roxana, porque antes de Angélica se había casado con ella, pero al poco tiempo desafortunadamente empezó a tener problemas de salud y estuvo de ahí en adelante en Nueva York en diferentes tratamientos, hasta que llegó el día de su partida por un paro cardiorrespiratorio.
Jorge nos deja un gran hueco en Jalisco y en México, como empresario y como humanista, pero también el recuerdo de un hombre excepcional, ejemplar por su visión como empresario, sus realizaciones, el arduo trabajo que realizó toda su vida que lo llevó al enorme éxito que logró, un ejemplo para todo México.