Jalisco: la disputa por la “plaza”
El año en curso arrancó con una oleada de desapariciones y asesinatos sin precedente en Jalisco. Ya en otra colaboración mostré la gravedad de las desapariciones forzadas ocurridas en el sur de la entidad, especialmente en Tecalitlán y Autlán (28 febrero 2018). Ahora es necesario y urgente reflexionar sobre la oleada de asesinados masivos que han ocurrido en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
En menos de 70 días se cometieron casi 320 homicidios dolosos, algunos masivos como el asesinato de seis personas en un restaurante de mariscos en San Pedro Tlaquepaque y los ocho cuerpos dejados en una camioneta pickup en la colonia Morelos de Guadalajara, el pasado martes 6 de marzo. Esta racha de asesinatos violentos supera con mucho las tendencia que se registró el año pasado, considerado el año más violento en las dos últimas décadas en México.
Para tener una comparación global, los más de 300 asesinados en Jalisco en estos 70 primeros días del año, superan las muertes violentas que ocurren a lo largo de un año en países como España, Suecia o Uruguay. Vivimos una guerra de proporciones extremas de la que no nos damos cuenta porque hemos normalizado la violencia y su reguero de asesinatos y desaparecidos.
Obviamente está ocurriendo algo grave para desatar esta oleada de muerte. La gravedad del asunto fue reconocida por el gobernador Aristóteles Sandoval Díaz el pasado miércoles cuando admitió que las cosas se pondrían peor: “Vienen días complicados, no les miento, la ola de violencia no se va a terminar”, dijo y al reconocer la labor de los “buenos policías” y alcaldes, por descontado admite que hay “malos policías” y presidentes municipales. Por “malo”, se entiende, se refiere a funcionarios públicos que trabajan para el crimen organizado. La insólita declaración del gobernador admitiendo que “vienen días complicados” deja entrever que sabe algo más de lo que declaró, sin embargo dejó a los jaliscienses en ascuas.
Todo indica que hay una disputa por la “plaza” local que era controlada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Según Víctor Chávez Ogazón, un colega reportero especializado en asuntos de violencia y crimen organizado en Jalisco, lo que ocurre es que el monopolio de mercado ilícito que tenía el CJNG está siendo disputado por grupos armados enviados por cárteles de Sinaloa, Tamaulipas y Michoacán. A las fuerzas externas que pretenden disputar el control al CJNG, se sumarían divisiones internas en contra del capo de este cartel, Nemesio Oceguera Cervantes.
¿Cómo nos protegemos de una guerra que no es de ellos (la “maña o los narcos) sino que afecta a toda la sociedad? En primer lugar dejando de creer que el Estado pretende combatir y ganar esta guerra. Tras doce años de supuesto combate al crimen organizado estamos peor que nunca, y no es porque no puedan, sino porque una parte de ese Estado es aliado de una parte de las mafias que se disputan el territorio, poniendo a la sociedad en medio. Tenemos que crear mecanismos y dispositivos de autoprotección y autodefensa. De otro modo no seremos capaces de parar esta guerra que nos consume.