Ideas

Jaliscienses tras las rejas

Si sólo se tratara de una broma, se podría afirmar que es una pésima ironía, pero la realidad es tan dramática, que es urgente que las autoridades liberen de una vez por todas a la sociedad civil del dilema que implica vivir tras las rejas, incluso sin haber cometido mayor delito que el haber nacido y decidido mantener su residencia en nuestra Entidad, particularmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, en donde cada día las bardas tienen que ser más altas -y además electrificadas-, dizque para proteger a sus moradores.

Casas particulares, sin importar si son grandes residencias; casas de interés social; pequeños o grandes departamentos; tiendas comerciales; bodegas; empresas de todo tipo (incluyendo las tienditas de la esquina), en todas ellas sus propietarios deben de realizar gastos extras con tal de tratar de mantenerse “seguros”. Protecciones de herrería, alarmas, contratación de empresas de seguridad privada y demás esfuerzos en un intento por mantener el patrimonio conseguido con esfuerzo y honestidad, pero sobre todo, de salvaguardar la vida propia, de sus familiares y colaboradores.

Sin embargo, todos esos afanes han servido de muy poco para impedir que los amantes de lo ajeno y enemigos del trabajo propio hagan su agosto y continúen robando y asesinando gente inocente y trabajadora, un día sí y otro también.

Para que nos demos una idea del tamaño del problema y de los negocios que propicia, habría que señalar que tan solo en el padrón de empresas prestadoras de servicios de seguridad privada registradas en Jalisco, hasta agosto del año pasado, existen 221 (más las clandestinas; con registro en trámite y hasta amparadas), entre las cuales se encuentran las que tienen personal autorizado para estar armado, desarmado y hasta servicio de canes adiestrados…y sin embargo, los robos y homicidios prevalecen a la orden del día.

Salir de casa o permanecer en la misma (con todo y las precauciones anunciadas), implica ya un riesgo prácticamente de igual dimensión.

En un recorrido realizado por diferentes rumbos de la ex perla tapatía, pude apreciar un sinnúmero de formas e intentos de la gente por salvaguardarse, pero desafortunadamente los resultados no son nada alentadores.

APUNTE

El mundo al revés, que en otras ocasiones he mencionado en situaciones similares -por incongruentes- nos ha alcanzado a tal grado que ya resulta una emergencia estatal y nacional.

Hemos de esperar que las estrategias implementadas a últimas fechas por los gobiernos de los tres ámbitos por fin ofrezcan buenos resultados, porque no es simplemente cambiando de nombre a las policías, gastando en nuevos uniformes y demás infraestructura como se habrá de resolver la problemática que ha costado tantas vidas y patrimonios familiares.

Las reformas constitucionales no servirán de nada si no llevan aparejadas estrategias probadas…lo malo es que ya han surgido voces que denuncian mandos coludidos.

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