Intolerancia
De la intolerancia al odio sólo hay un paso. Por eso no es de extrañar que así como el primer mes del año repunte en el número de feminicidios en el país, en las primeras semanas de este mes ya se hayan reportado tres transfeminicidios, una cuenta negativa que podría superar a los 32 registrados en 2021 de acuerdo al Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra las personas LGBT.
¿Cómo se responde a la intolerancia y la violencia? Con sororidad. Así lo manifestó la diputada Salma Luévano, de Morena, quien rapó su cabellera en protesta a los comentarios transfóbicos del diputado del PAN Gabriel Quadri por llamar “hombres vestidos de mujer” a las mujeres trans como ella, motivo por el que fuera expulsado de una transmisión en vivo en CNN cuando reafirmó su postura discriminatoria. Así se expresa sobre los grupos sociales quien pretendía liderar este país como candidato a la presidencia de la República en 2012. No muy lejos de esa postura, la también diputada de Acción Nacional, América Rangel, reprochó que MJ Rodríguez, una mujer transgénero, ganara el Globo de Oro a Mejor Actriz por la serie “Pose”, al mencionar que le habían dado el premio a “un hombre biológico”. ¿Qué se puede esperar con esos legisladores?
En la otra cara de la moneda, veía hace unos días la retransmisión del programa español “Gente Maravillosa” que tiene como objetivo evidenciar a través de experimentos sociales con cámaras ocultas la reacción de la gente frente a la discriminación. El programa fue dedicado a mujeres y niños trans. Sí, niños trans. La fórmula es sencilla: alguien que ha vivido la discriminación en primera persona revive esa condición en un elemento controlado y espera el resultado. Ediciones aparte, me sorprendió que niños no mayores de 12 años tuvieran tan claro que, más allá de entender con punto y coma el concepto, reconocieran el valor de una persona sólo por eso, por ser una persona, y no permitir el rechazo sin importar el género.
Después de tantos ejemplos virales en México, ¿estaremos listos para iniciar una campaña nacional que abra los ojos sobre el derecho de las parejas homosexuales y las personas transgénero a ejercer las mismas libertades que los heterosexuales? Yo lo dudo, pero mientras aguardamos a que una instancia superior nos enseñe cómo enfrentar la intolerancia, demos el primer paso en primera persona, como el filósofo Karl Popper afirmaba: “Debemos reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes”.
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