Intimidar y silenciar a balazos
Los 65 asesinatos cometidos el martes pasado en todo el país enlutan y entristecen por igual a cada una de sus familias.
Sin embargo entre ellos hay dos casos que desconciertan socialmente más por las intenciones de intimidación y terror que buscan esparcir los delincuentes en la comunidad con esos homicidios.
Me refiero desde luego a los cobardes asesinatos del comandante de la Comisaría de Seguridad Pública de Guadalajara, Juan José Gutiérrez Navarro y el de Julio Almanza, presidente de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio (Fecanaco), al que mataron a tiros al salir de sus oficinas en Matamoros, Tamaulipas.
En el caso del Comandante Lupillo, como se le conocía a este policía con más de 20 años de experiencia, los grupos delincuenciales buscan enviar el mensaje a todas las corporaciones policiales, de que mando o elemento operativo que no se alinee y sea cómplice de sus tropelías se arriesga a tener sus días contados.
De noviembre a abril pasados habían enviado esa misma señal con el asesinato de dos jefes policiales: en noviembre al número dos de la policía de Zapopan, Carlos Manuel Flores Amezcua, y en abril al Jefe de Supervisión de la Policía Estatal, Gerardo Daniel Insúa.
Para demostrar su poderío delincuencial y su libertad de tránsito en la ciudad, estos tres ataques mortales se dieron a plena luz del día y en sitios altamente transitados. Con Lupillo además tuvieron la saña de dispararle delante de sus dos hijos menores con los que viajaba en su camioneta en la colapsada salida a Chapala.
Estas agresiones mortales a policías se han dado en los últimos ochos meses, pero las venganzas contra policías se han traducido en 143 policías caídos en Jalisco en lo que va del sexenio de Enrique Alfaro. En promedio casi dos uniformados por mes para que la intimidación sea constante.
El asesinato del líder empresarial en Tamaulipas es igualmente preocupante. Significa que además de los crímenes contra periodistas y defensores de los derechos humanos, ahora se suman los de dirigentes de la iniciativa privada de este País, que empiezan a alzar la voz por el imparable crecimiento del cobro de piso y la extorsión de grupos delincuenciales para que puedan operar sus negocios, sin importar su tamaño.
El mes de julio inició con el homicidio de Minerva Pérez Castro, presidenta de la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canainpesca), en Ensenada, a manos de sicarios luego de denunciar el cobro de piso a empresas y pescadores, y el pasado día 30 acribillaron a Almanza, quien un día anterior había denunciado lo mismo en Tamaulipas, al explicar que eso era el principal motivo por lo que las tiendas Oxxo y gasolineras Oxxo Gas habían cerrado sus puertas en Nuevo Laredo.
Nos toca a todos como comunidad exigir a las autoridades que hagan lo necesario para cumplir con su obligación de dar protección a los ciudadanos, lo que implica parar las agresiones contra los policías y las voces de líderes sociales que les son incómodos a los grupos fácticos, como el crimen organizado, que evidentemente las tiene cada vez más infiltradas.
jbarrera4r@gmail.com