Inmunología mental
Parece que no sólo el cuerpo posee un poderoso y maravilloso sistema para protegernos de los múltiples agentes patógenos, que nos acechan. También contamos con ese recurso a nivel mental.
Se trata de saber que somos capaces de detectar y combatir las emociones y actitudes que nos pueden hacer daño. Como son los chismes, las calumnias, los insultos, los falsos, las acusaciones, los juicios, las críticas y peor aún los maltratos de todo tipo que nos llegan a suceder en diferentes circunstancias
Ser objeto de la envidia, la humillación y los regaños, por poner más ejemplos, es muy común, no lo debemos permitir, pero cuando sucede, hay quienes tienen más capacidad de rechazarlos y enfrentarlos que otros (más vulnerables) simplemente no lo soportan y caen en el agobio y el sufrimiento.
Cada uno de nosotros tenemos ciertos niveles de protección emocional, hay quienes son mucho más sensibles y sufren de todo y hasta por cosas muy simples, en cambio hay personas muy resistentes y que soportan muchas presiones y agresiones, y siguen adelante sin quejarse ni sentarse a llorar.
Así como existen anticuerpos, también existen blindajes emocionales que debemos considerar. La gran ventaja, es que se pueden entrenar y aumentar de nivel, tú mismo lo puedes hacer al practicar el no preocuparte por tonterías y de plano no hacerle caso a las opiniones y comentarios de los demás. Pues los que lo hacen sufren mucho más, que a los que no les importan. De esta manera vas construyendo un escudo emocional que te protege del “bullying” y dejas de reaccionar ante todos los comentarios y burlas que te llegan.
Si a un niño lo sobre protegemos y no le fomentamos que desarrolle sus defensas, sus anticuerpos emocionales, su sistema inmunológico mental, estará muy débil y será mucho más propenso a vivir con fragilidad emocional y será más susceptible a las adicciones, la tristeza y la ansiedad.
Cuando nos mantenemos en una burbuja de color de rosa, aislados de los problemas de la vida diaria, podemos decir que nos falta vida callejera y no desarrollamos los recursos necesarios para superar todo tipo de dificultades. Ya sin resistencia ni resiliencia, es decir sin la capacidad de soportar el dolor y las carencias, no podremos superarlos porque no lo sabemos hacer. No hemos tenido la oportunidad de desarrolla los anticuerpos emocionales y somos fáciles víctimas del sufrimiento.
Necesitamos confiar en la sabiduría de nuestra mente y cuerpo, pues tenemos el maravilloso sistema inmunológico que nos protege y cuida de lo dañino que existe. Basta con fluir en la vida, dejar que la experiencia, del día a día, se convierta en una maestra y nos lleve de la mano para estar fuertes y firmes para enfrentar y superar tantos problemas y dificultades. Eso es tener fe en ti mismo y confiar en que ya cuentas con los recursos necesarios para salir adelante y gozar de ésta vida en vez de tu mismo estarte atormentando con lo que te pasa.
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