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Inicia el reinado de las mujeres

A la final, de las precampañas, han llegado dos grandes mujeres, así que habrá un nuevo modelo de hacer política a la mexicana.

Ciertamente los mexicanos tenemos algo diferente que nos hace comportarnos con ciertas características, que nos distingue de otros países y modos de ser.

Han saltado a la palestra política, para la grande, dos mujeres con características muy especiales. Mujeres inteligentes, cultas, preparadas, con agallas y seguridad en sí mismas. Pero sobre todo han sabido torear las marrullerías del acoso masculino, el machismo y las cantaletas de los que siguen queriendo pensar que el poder político es para los varones.

Mujeres que representan a miles de otras, que ya quieren sacudirse la obligación de cocinar y lavar platos, o servir y aceptar una ciega sumisión a la voluntad del patriarca.

Se vienen nuevas e interesantes propuestas que distinguirán al orgullo de ser mexicanas.

La destreza con el verbo, el encanto de sus analogías y referencias a los pobres y marginados, a los hijos de un don nadie, a las mujeres deshonradas, violadas, pisoteadas por el degenere causado por los sicarios del alma. Tendrán que enfrentar a la nueva retorica del poder de la mujer mexicana.

Que durante siglos a sabido manejar, de manera astuta y discreta, El poder doméstico el arte de hablar al oído al marido y de protagonizar el papel del poder tras el trono.

Ahora tendrán el gran reto de proponer gloriosas fórmulas para resolver los graves problemas que tiene nuestro país, a rescatar a los hijos de Sánchez y remover a la casta de Godínez que viven atrapados en sus malgastadas chambas.

No, señores, no hay hombres atrás de nuestras naguas ni huipiles, no somos ya títeres de ningún poder oculto, ni rendimos cuentas a un patrón que nos mantiene. 

Son mujeres con luz propia, aunque algunos crean que las van a poder mangonear. Ellas son dueñas de la cocina del poder y su tarea doméstica no está a discusión, se ha extendido a toda una nación.

Su talento será visto en audaces y multicolores campañas, en debates de altura, cual vil expertas en la gimnasia del verbo.

Dejarán de ser obedientes y van a hacer lo que les venga en gana, serán respondonas y no permitirán que ningún padrino las quiera conducir a que cumplan, otros propósitos que no sean los de ellas. Qué bien pueden solas y sin que nadie meta la mano en donde no.

Seremos testigos del brillo femenino y el nuevo arte de hacer política.

Pronto lo veremos.  
 

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