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Inflación mata 4T

Como muy pocas veces pasa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dejó de lado la polarización que se convirtió en una constante en su discurso en las mañaneras, y ayer se ocupó de un asunto ahora sí de gobierno, al plantear una propuesta para tratar de contener la inflación que por factores internos y externos se ha disparado como no pasaba en los últimos 20 años en este país.

Conocedor como es de la política y las contiendas electorales, sabe que si algo pone en riesgo su popularidad y su poder en lo que le queda del sexenio, y compromete también la continuidad de su autollamada cuarta transformación, es el aumento en los precios de los productos básicos que pulverice uno de sus grandes logros como es el aumento en los salarios mínimos, y la irritación social que ello genera contra los gobernantes en turno.

Por eso no fue casualidad que ayer en vez de salir a hablar de adversarios, fifís, conservadores y periodistas corruptos, agradeciera a los empresarios, que no a las cúpulas, haber aceptado los acuerdos para que, según dijo, se estabilicen los precios de 24 productos que representan el 46 por ciento de la canasta básica. 

Y aunque dijo que su plan anti inflación no tenía interés político, sí salió el peine cuando aceptó que en estos momentos su principal preocupación es el alza de precios porque “problema que se soslaya, estalla”.

El llamado Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), que tiene como objetivos principales estabilizar precios de alimentos, hidrocarburos, granos, fertilizantes, peajes carreteros y tarifas ferroviarias, eliminar cobros de cartas portes para transportistas y aranceles de productos básicos, mejorar el servicio de aduanas, y hasta garantizar la seguridad en las carreteras para camiones de carga con 15 mil policías, requerirá de una inversión, calculó AMLO, de 330 mil millones de pesos, cifra que se queda corta con los 473 mil que había calculado la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda, Raquel Buenrostro, por los subsidios y suspensión de cobros que lograr estos apoyos le significan al Estado.

Por eso la primera gran duda de esta apuesta del gobierno de la 4T para controlar la inflación es cuánto costará de verdad y qué se hará para que esos subsidios beneficien a los consumidores más pobres y para que las grandes tiendas de autoservicio, de conveniencia, los pequeños comercios y hasta el comercio informal respeten los acuerdos de no tener alzas en sus productos, ahora que no se recurrió al control de precios.

Otro gran riesgo es la corrupción y la ineficiencia que ya afloró en la dependencia encargada de ofertar productos básicos a la población de menos recursos como Seguridad Alimentaria de México (Segalmex), conocida también como la “Conasupo de la 4T”, de donde despidieron a tres altos funcionarios. Si estos vicios afectan y hacen fracasar al PACIC, el Presidente sabe que la 4T quedará herida de muerte. De ese tamaño es el problema que, por fortuna, no decidió soslayar y que por el bien de todos ojalá resulte.

jbarrera4r@gmail.com

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