Independientes en Jalisco… ¿independientes?
A los electores de Jalisco ya los había contagiado la fiebre de los independientes: Pedro Kumamoto se convirtió en un fenómeno político que trascendió, como diputado estatal, los límites del electorado jalisciense y del Distrito 10, en el municipio de Zapopan. Pero las aspiraciones “independientes”, que mejor se describen como “sin partido”, viven ya una segunda generación en el proceso electoral del 2018, y para la elección del año entrante aparecen otros nombres, como los de Salvador Cosío y Raúl Octavio Espinoza, que aspiran —otra vez— a ser gobernadores de Jalisco (apenas nombrarlos, una ceja se levanta, incrédula).
Vamos, hasta Vicente Fernández Jr. se anotó como aspirante a la gubernatura jalisciense. El trámite es gratuito.
El último minuto del 19 de noviembre acabó la posibilidad de registrarse. En total, de acuerdo con la información dada a conocer por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC), 152 personas aspiran a un cargo de competencia electoral sin militar en ningún partico político. Siete buscarán la gubernatura; 79 quieren ser presidentes municipales y los restantes 66 optarán por una diputación local.
Una aclaración: el primer paso es que el propio IEPC los acepte como aspirantes. Esto quiere decir que habrán cumplido con los requisitos de ley para ser aceptados en un siguiente paso: la petición de firmas a la ciudadanía.
Evidentemente, quienes más llaman la atención son algunos de los siete personajes que intentarán ser candidatos al Gobierno de Jalisco.
Salvador Cosío, hijo del ex gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, se describe a sí mismo como un “político profesional”, orgulloso de haber militado primero en el Revolucionario Institucional (PRI), después en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y finalmente, aunque de manera fugaz, en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Ha sido diputado y formó parte de una de las Legislaturas más cuestionadas en los últimos años, la 57.
En cuanto a Raúl Octavio Espinoza, fue un militante de Acción Nacional (PAN) que saboreó —y aprovechó— el poder, sobre todo durante el primer sexenio de los tres que el partido blanquiazul gobernó esta Entidad. Su trayectoria política se borró después, y aunque intentó reiteradamente figurar en el PAN, las dinámicas internas del partido (profundamente excluyentes) lo desaparecieron por completo.
Lo de Vicente Fernández hijo… bueno, son los frutos extraños de un sistema que abre las puertas a todos, incluso a quienes no tienen idea de una competencia electoral.
Lo que sigue para los que se anotaron, siempre que sean admitidos, es iniciar una ardua tarea de recolección de firmas. Una tarea compleja. Pueden aprender de lo que viven todos los aspirantes a una candidatura presidencial, con Margarita Zavala y Jaime Rodríguez “El Bronco” en la delantera.
En Jalisco, quienes quieren verse como candidatos a la gubernatura tienen la obligación de reunir al menos 58 mil firmas válidas, con fotografía de la credencial electoral incluida. Deberán cumplir la tarea en dos meses, del 9 de diciembre y hasta el 9 de febrero. Parecen pocas firmas, pero desde ahora es posible afirmar que difícilmente van a conseguirlo.
¿Son independientes? ¿Representarán a la ciudadanía? Son preguntas válidas.
Por cierto, Kumamoto emprendió una aventura federal y está en plena tarea de reunir más firmas: 115 mil. Aspira a ser senador. Es muy probable que lo consiga.