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Increíble, pero cierto... "¿tonces?"

Luego de los aciagos días que siguieron al último movimiento armado del siglo XX en nuestro país, la institucionalización del Ejército Mexicano y todas sus fuerzas armadas han seguido un camino de permanente preparación y equipamiento, tanto para salvaguardar el territorio nacional de amenazas de fuerzas externas, así como para mantener la paz social interna, y sobre todo para prestar la ayuda necesaria a los ciudadanos que han padecido por cuestiones atribuibles a los distintos horrores causados por fenómenos naturales.

Para ello, a lo largo de los años se han canalizado importantes porcentajes del presupuesto anual de la federación, lo que sumado, seguramente equivaldría a muchos billones de pesos, todo ello encauzado a la creación de la infraestructura necesaria, equipo para la guerra, capacitación para su debido uso, así como para la formación de soldados, marinos y personal especializado en diferentes áreas, entre las cuales sobresalen los vinculados con la aviación, los cuales se mantienen leales a los principios patrios -salvo deshonrosas excepciones-.

En ese contexto, el 20 de Noviembre próximo pasado pudimos ver el tradicional desfile militar de una parte importante de nuestras fuerzas armadas, que en esa ocasión no transitaron por las principales calles de la Ciudad de México y el resto del país con todo el equipo de guerra de que son capaces, sino que más bien se enfocó la presentación de los cuerpos armados que se desplazan a caballo. Es así que 2980 jinetes hicieron de su participación toda una travesía pocas veces vista en tiempos de paz.

Con 51 vehículos temáticos -alusivos a la gesta armada- tres mil 133 individuos que representaron los muy diversos cuerpos de seguridad (históricos y actuales), los cuales dejaron ver extraordinarios ejemplares de muy diversas razas, que según explicaron los narradores, son criados, educados y entrenados en diversas entidades del país, que como luego se dice coloquialmente, “se antojan para pasearlos los domingos”, pero que resulta difícil imaginarlos en las tareas propias de esos cuerpos de seguridad en lugares inhóspitos de la sierra o las localidades en donde el crimen organizado hoy está empoderado.

La representación histórico-didáctica expuesta en el llamado Zócalo de la capital del país, ciertamente resultó entretenida y educativa, al estilo de la que se acostumbra hacer de la batalla de Puebla…peeero.

APUNTE

No cabe duda que tan bellos ejemplares y tan diestros jinetes y amazonas lucen de lo mejor en este tipo de “paradas militares”, pero que desafortunadamente, con ellos y muchos miles de efectivos más, seguimos padeciendo un alto, altísimo grado de inseguridad social, que al menos por momentos pareciera que no existe la inteligencia y valor necesarios para poner orden en el país.

Ya son varios lustros los que hemos vivido con la misma angustia, sin importar la corriente política o partido en el Gobierno, por lo que perdura el cuestionamiento… “¿tonces?”.

(r_develasco22@hotmail.com)

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