Incierto el futuro deportivo de Julio Urías
La realidad es que no está claro qué es lo que va a suceder con el lanzador mexicano , ex estrella de Dodgers de Los Ángeles, Julio César Urías Acosta, dado que más allá de las cuestiones evidentemente legales que parece ya tienen alguna cierta claridad en cuanto a la ruta a seguir, no es el caso en el aspecto deportivo, siendo que es de todos conocida la relevancia que se concede en el país vecino del norte a temas relacionados con el buen comportamiento fuera de las canchas o, en el caso particular del deporte Rey, los parques de pelota, y quizá ello se convierta en un factor determinante para que el ídolo sinaloense no vuelva a tener un contrato en las Grandes Ligas.
En este contexto hay que mencionar que el pasado miércoles el portavoz de la fiscalía de la ciudad de Los Ángeles, Ivor Pine, informó que Urías tendrá que cumplir 36 meses de libertad condicional no vigilada, así como 30 días de labores comunitarias. Además, tendrá que completar un curso de terapia de violencia doméstica de 52 semanas, pagar una cuota al fondo de violencia doméstica, no poseer armas y no usar fuerza o violencia, restituir de forma financiera a la víctima y cumplir la orden de protección en su contra.
Los registros judiciales indican que, además del cargo por el cual se declaró inocente, se desestimaron un segundo cargo de violencia doméstica y otros cargos por lesiones a un cónyuge/conviviente/prometido/cita/padre del niño, asalto y encarcelamiento falso. Esta decisión sigue a la de la Fiscalía del Distrito del Condado de Los Ángeles en abril de no presentar un caso de delito grave contra Urías, prefiriendo en su lugar remitir el caso a la Fiscalía de la Ciudad de Los Ángeles para considerar un cargo de falta.
Lo cierto es que Urías decidió no impugnar para el efecto de tener una menor severidad en la sanción y poder desahogar más rápido la salida a su proceso eminentemente jurisdiccional, por llamarle así.
Pero esto pareciera que puede generar el que tenga que esperar a que culmine cualquier tipo de sanción que se esté imponiendo al final del camino legal para poder atisbar si la Major League Baseball (MLB) podría perdonarlo y darle una oportunidad, aunque parece difícil, si tenemos como referente lo que pasó a Roberto Osuna -el mejor cerrador mexicano quizá de todos los tiempos y uno de los mejores de la época contemporánea en todo el ámbito de las grandes ligas-, que tuvo que refugiarse en Japón, no obstante que había culminado su suspensión administrativa que le fijó MLB y que había salido airoso del tema jurisdiccional oficial. Osuna pagó caro lo ocurrido, una situación que lo dejó manchado y ya no hubo equipo que le ofreciera la oportunidad. Lo sucedido podría considerarse un tanto injusto, pero así es.
El caso de Julio, pues pareciera más complejo. En fin, habrá que esperar. Lo cierto es que hoy el asunto de Julio es un tema complicado para el pelotero y es lamentable que la cuestión conductual, más allá de lo deportivo, esté dando al traste con una gran oportunidad de convertirse en el icono moderno del béisbol mexicano y de catapultarse como ya algunos o muchos lo veían, el sustituto de Fernando Valenzuela. Es lamentable que ahora avance en un camino totalmente distinto. Un duro golpe.
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@salvadorcosio1