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Iguales... en 132 años

Qué caro es ser mujer. Y no lo digo en sentido figurado. Tampoco como una banal manera de evidenciar que somos una gran inversión. Lo somos. Debemos invertir más en nuestro perfil profesional para ocupar puestos que a los hombres les confían con mayor facilidad y competir así por empleos mejor remunerados; sin embargo, esa competencia mantiene una brecha de género que, al menos en México, registra que por cada 100 pesos ganados por un hombre una mujer percibe 86 pesos, de acuerdo al Centro de Investigación en Política Pública (IMCO). ¿Qué podría hacerle considerar a las empresas que el desempeño de una mujer vale menos?

Una vez que se observa este fenómeno habría que pensar no en estadísticas y en números abstractos, sino en la vida diaria, pues teniendo claro que muchas familias mexicanas son encabezadas por una mujer trabajadora el coste de la vida de esas familias se ve más afectado. En pocas palabras: alcanza para menos.

De acuerdo a los resultados del Índice Global de Brecha de Género publicados en el Foro Económico Mundial la semana pasada, la brecha global se cerró 68% este año, eso significa que alcanzar la paridad le tomaría al mundo nada mas y nada menos que 132 años. Aunque el número es escandaloso, porque definitivamente no lo verían nuestros ojos al ritmo que vamos, la brecha puede acortarse poniendo énfasis en lo importante; se redujo cuatro años de 2021 a 2022, pues estaba en 136 años, lo que significa que es posible revertir los números con mayor velocidad si se trabaja en los cuatro aspectos que se analizan: Participación y oportunidades económicas, Logro educativo, Salud y supervivencia y Empoderamiento político.

De los 146 países analizados ninguno alcanzó la paridad, es una asignatura global pendiente; sin embargo, por decimotercer año consecutivo Islandia ocupa el primer puesto con 90.9 puntos; Alemania, la economía más grande de Europa se encuentra en la décima posición y México ocupa el sitio 31 con 76.4 puntos de 100, ubicándose en la cuarta posición de Latinoamérica. Y en este sentido habrá que observar qué están haciendo bien las economías que se encuentran en los primeros 10 lugares, entre los que se encuentra Nicaragua, el país centroamericano de apenas siete millones de habitantes que se ubicó en la séptima posición.

De acuerdo al reporte, Nicaragua dio un salto de cinco posiciones de 2021 a este año y fue así como entró en el Top 10. Si bien se abrió la brecha en Participación y oportunidad económica, la cerró en Logro educativo y Empoderamiento político con una mayor paridad parlamentaria. El vecino centroamericano reportó una mayor participación de la mujer en roles profesionales y mejores ingresos.

Con ejemplos como ese, habría que considerar qué aspectos vale la pena “transformar” mientras sea posible. La constante entre los primeros 10 puestos fue un incremento en la participación política de la mujer, un aumento en la educación y sobre todo un mejor reconocimiento económico en el desempeño laboral.

Guardando todas las distancias posibles, habría que iniciar por lo urgente en lo que corresponde al empleo de las mujeres, pues luego de la pandemia donde fueron en mayor porcentaje encargadas del cuidado en casa y acompañamiento académico durante el confinamiento, el regreso a la fuerza laboral se registró sobre todo en el comercio informal y en el sector formal con menos horas de trabajo, lo que deriva en menor ingreso. Es tiempo de que las oportunidades entre hombres y mujeres cierren la brecha de género, que sea la capacidad la que hable por nosotras en cada rubro. Ojalá que las próximas generaciones tengan oportunidad de disfrutar la paridad económica que merecemos y alcancen a verlo nuestros ojos.

Gabriela Aguilar

puntociego@mail.com

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