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Hechos poco conocidos de grandes entrenadores de futbol

I. Klopp, el técnico que descendió

Tenía la cabeza de un jugador de Primera División, pero el talento de uno de Tercera, por eso se quedó en Segunda. Jurgen Klopp jugó toda su carrera en el Mainz, un club habitual del ascenso alemán sin aspiraciones de Primera. Más de 300 juegos, 50 goles y 11 años de carrera no bastaron para darse una oportunidad de jugar en Primera con sus amados colores.

Al retirarse en 2001, Klopp se convirtió de inmediato en el entrenador del Mainz, y por fin logró ascender en el 2004.

Su primer año en la Bundesliga fue tranquilo, terminó undécimo a ocho puntos del descenso. El segundo año terminó en el mismo sitio, pero sólo a cinco puntos del temido puesto 16. Las carreras, celebraciones y aspavientos de aquel joven rubio de gafas y sin barba ya eran conocidas en toda Alemania, y sus análisis para la televisión del Mundial celebrado en 2006 en su país le dieron mayor repercusión mediática.

Pero en su tercer año, Klopp terminó descendiendo a Segunda División. Sólo logró 34 puntos en el mismo número de jornadas, ganó ocho juegos pero perdió el doble en la temporada 2006-2007.

Luego de permanecer un año más en el Mainz, Klopp fue contratado por el Borussia Dortmund en 2009. Varios jugadores de su anterior club terminarían jugando con él en Dortmund: el más famoso, el central serbio Neven Subotic. En la ciudad donde nació Johannes Gutenberg, inventor de la imprenta, el legado de Klopp dejó recompensas duraderas. Mainz regresó a la Bundesliga en 2010 y ya no han vuelto a ser más equipo de Segunda.

II. La odisea mexicana de Alex Ferguson

Alex Ferguson (todavía no era ‘Sir’) vio morir a su maestro, Jock Stein, en un campo de juego en Gales, luego de celebrar la clasificación al Repechaje para optar por un boleto al Mundial de México 1986. Víctima de un infarto, Stein murió a pocos metros de sus jugadores y su auxiliar, impotente ante la repentina tristeza que invadió a toda Escocia.

Ferguson tomó la estafeta de Stein, Escocia venció a Australia en la Repesca y clasificó al Mundial. Pero ya en México, los escoceses demostraron que su Selección casi nunca satisface la lealtad de sus aficionados y se derrumbaron ante un grupo muy competitivo y el calor de Ciudad Nezahualcóyotl y Querétaro.

Los escoceses perdieron su primer juego ante Dinamarca (0-1) y el siguiente contra la postrera finalista Alemania Occidental (1-2), por lo que estaban obligados a vencer a Uruguay en la última fecha para tener alguna posibilidad de clasificar a Octavos de Final. Todo parecía salir a pedir de boca, ya que al minuto de juego el árbitro expulsó al charrúa José Batista. Pero hora y media después, Escocia se despidió del Mundial sin provocar una grieta a una defensa que apenas días antes se había comido seis goles de Dinamarca.

El viejo y abandonado Estadio Neza 86 apenas recuerda que la actual leyenda del balompié, Sir Alex Ferguson, dio indicaciones en sus vestidores a unos jugadores que no pudieron retribuir con éxito la memoria de Stein. Ferguson se despidió de México con las mejillas ruborizadas de rabia, despotricando contra el juego sucio de los charrúas, llamándoles “mentirosos”, “tramposos” y cosas peores, negándose a desear suerte a aquella “nación maldita” que lo había hecho fracasar.

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