Ideas

Hay otras transformaciones

Lo que esperamos de la 4T todavía no llega, mientras tanto nos entretienen con sermones mañaneros y otras ocurrencias. Por nuestra parte nos entretendremos midiendo otras transformaciones desde el punto de vista económico y político.

Las transformaciones que ha tenido México en su forma de Gobierno son: de la dictadura de Porfirio Díaz al Gobierno de los generales, de Álvaro Obregón a Manuel Ávila Camacho; el período estabilizador, de Miguel Alemán a Díaz Ordaz; los doce años de populismo, de Luis Echeverría y José López Portillo; la de los tecnócratas, de Miguel de la Madrid a Ernesto Zedillo; la de los panistas Calderón y Fox; la de los cleptócratas que saquearon al país, formada por el grupo de gobernadores encabezados por Peña Nieto; y finalmente llegamos  a la transformación actual que bien podríamos llamar la de las falsas esperanzas.

En efecto, en vez de desaparecer las guarderías infantiles, teníamos la esperanza de que se investigara cual era la más afectada por la corrupción para meter a la cárcel a los responsables, luego, llamar a todos los demás titulares de guarderías y advertirles que se corrijan o seguirían la misma suerte del ejemplo.

En servicios médicos, esperábamos que se investigara qué laboratorios están lucrando con las medicinas para eliminarlos del padrón de proveedores; no que los eliminaran para provocar desabastos, sino para sustituir a los corruptos sin dar al traste con el sistema de salud.


En el control del huachicol, esperábamos que se metiera a la cárcel a los responsables y se corrigieran los sistemas de control para evitar el saqueo descarado y cínico de hidrocarburos, lo cual hasta la fecha continúa.

En materia de seguridad, no era crear una Guardia Nacional, sino reformar todo el sistema de control de la delincuencia.

Por lo que se refiere a la construcción del aeropuerto de Texcoco, que colocaría a México en el nivel de país de primer mundo, nos llevamos la decepción de que en lugar de revisar los contratos,   cancelar los que fueran abusivos  y, en su caso, castigar a los responsables de haberlos aceptado, pero no que se cancelara una obra benéfica para todos. La solución de borrón y cuenta nueva para corregir corruptelas es muy cómoda pero excesivamente dañina, lo que esperábamos era corregir todos los males que en sus 18 años de campaña política prometió el mesías de la 4T.

La corrupción continúa y no podemos culpar a las anteriores autoridades. Se castiga con quitar el presupuesto a los Pueblos Mágicos, no obstante el notorio progreso que se alcanzó con los 111 pueblitos que mejoraron su aspecto, fomentaron el turismo nacional e internacional y reactivaron su economía regional, al grado de que sin presupuesto federal se han creado 10 más por iniciativas propias para alcanzar 121 pueblos mágicos.

La actitud de nuestro Presidente nos ha decepcionado, perdimos la esperanza de que la 4T nos trajera progreso y lo único que hemos experimentado es el temor de caer en un socialismo de izquierda que nos puede llevar al colapso económico; como ya se ha demostrado en los países que lo han implantado, Cuba, Venezuela y Argentina, entre otros.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando