¿Habrá rescate de la CNDH?
Si la semana pasada que el obispo emérito de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López tuvo que salir a desmentir que hubiera manifestado su apoyo a su reelección y a denunciar que la carta en la que eso se afirmaba era apócrifa, debilitó la candidatura de Rosario Piedra Ibarra para repetir otro periodo al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el posicionamiento que hizo ayer el Comité Eureka en el que descalificó su trabajo como ombudsperson, podría terminar por inclinar la balanza entre los morenistas que no quieren que se le ratifique en el cargo.
Como se sabe, entre las y los fundadores del Comité Eureka, destacó Rosario Ibarra de Piedra, madre de la actual presidenta de la CNDH, quien luego de la desaparición de su hijo Jesús, en la década de los setentas en medio de la guerra sucia, desde esa organización tuvo un gran activismo por el tema de las desapariciones al grado que se convirtió en la primera mujer candidata presidencial de izquierda en 1982 y 1988.
Paradójicamente, la notoriedad que adquirió su madre a través de esa organización y que fue factor decisivo, y casi único, para que la 4T llevara a su hija a la presidencia de la CNDH, es ahora la misma institución que considera “deficiente” su trabajo. “Nos parece inaceptable que, por intereses ajenos al proceso, se haya impuesto en la terna a la persona que demostró, a lo largo de cinco años, su incapacidad para dirigir la CNDH con independencia del Estado, el cual es perpetrador de graves violaciones a los derechos humanos”, sentenció el Comité Eureka en un comunicado.
Este reclamo, que se suma a otras muchas voces de rechazo a la reelección en la CNDH, adquiere pleno sentido y razón, ya que Piedra Ibarra quedó última en la evaluación a 12 aspirantes, y aún así apareció en la terna que presentaron las comisiones conjuntas de Derechos Humanos y de Justicia del Senado, junto con la abogada y activista jalisciense Paulina Hernández Diz, y Nashieli Ramírez Hernández, actual titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
La exigencia de Eureka es que Piedra Ibarra salga de la terna, y quede en su lugar Tania Ramírez Hernández, quien es integrante de esa organización y que por su trayectoria y experiencia en la defensa y promoción de los derechos humanos, fue la tercera mejor evaluada de las aspirantes a la presidencia de la CNDH que se pudiera votar hoy o esta misma semana en la Cámara Alta.
Por eso la pregunta es si habrá rescate o no de la CNDH, ya que volver a imponer a Piedra Ibarra como ya ocurrió hace cinco años en una elección fraudulenta, dejaría incluso inconformes al interior del oficialismo y a los mexicanos con una dependencia totalmente capturada por el poder que hará todo menos defender los derechos humanos de la ciudadanía, como a todos quedó claro el último lustro.