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¿Guerra sucia?

El presidente de México ha estado de viaje. Y no ha sido un viaje austero, lo acompañó su familia y varios invitados. Feria de Hannover, cena con el rey de España y, claro, con empresarios españoles por si quedara algo… Pero este viaje no sería noticia si el país estuviera en tranquilidad. No lo está. La muerte cabalga libre y señora por el territorio nacional. Esta vez fue en Jalisco, esta vez fue en Guadalajara. Aquí, cerca, muy cerca del corazón.

Y mientras le fue cercenada la vida a tres jóvenes estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales, Peña Nieto ajeno, no ofrece siquiera condolencias. En la política, los reflectores no pararon de alumbrar… para el otro lado: a las campañas. Un debate donde todos mostraron sus incapacidades. Desperdiciada plataforma de discusión, sobre un dolido país, para que cada candidato expresara: soy el menos malo.

Pero les faltó decir: yo, como los otros candidatos, estoy ausente del dolor de los mexicanos… Yo, candidato, de cualquier partido o de todos, sólo me ocupo de llegar, no de acompañar el dolor de la tragedia de una sociedad, la mexicana,  presa de la violencia, de la atrocidad y del abandono de quienes tienen la responsabilidad de cuidarla.

Yo candidato, todos, me lavo las manos en la sangre de las víctimas: hoy tres jóvenes sumados a los 43, a los seis, a los miles… Yo candidato, miro para ese lugar donde los escrúpulos, la conciencia, la solidaridad y el compromiso han sido ahogados por la ambición de poder.  

Y AMLO jugando a las caiditas, dijo que ganó… Y Ricardo Anaya presumió de ser quien más golpeó a López Obrador… Y el Bronco revivió, sin saberlo, el Código Amurabi… Y Margarita hecha bolas, pero igual ahí está … Y Meade asegura en rueda de prensa que ya encontró los dos departamentos de AMLO.  ¿De verdad los candidatos piensan que eso es lo más importante para los mexicanos en tiempos tan aciagos como los que estamos viviendo?   

Y se quejan, pobrecitos, de guerra sucia. Qué poco saben ellos de la guerra sucia que han hecho vivir a los mexicanos, una artera guerra con miles de desaparecidos y muertos. Tantos muertos. Esa si ha sido guerra sucia, sucia y cobarde. Pero ellos, calladitos.

Porque los candidatos están tan alejados de la población que ninguno, ninguno, mencionó durante el debate a los tres estudiantes asesinados.

La Fiscalía ya tiene un presunto culpable. Pero los padres de los jóvenes asesinados han perdido la confianza en las instituciones como para creerles que ese es el culpable o que son sus hijos los restos mostrados… Hace falta más que palabras aunque sean de Gobernación. No. No les creen y tienen razón. Han sido demasiadas las “verdades históricas”... mentiras armadas por esta administración sexenal que han deteriorado las instituciones, la democracia que la ciudadanía quiso tener.  

Basta, dijeron los jóvenes. Basta, decimos todos.

Y este Gobierno, sordo, torpe, parece perder la elección. Porque en otro momento Meade sería un buen candidato, es honesto y excelente administrador, pero se le agolpan las lápidas de corrupción, de impunidad y, hoy, de abandono a la población victimizada por la complicidad o, sencillamente, la incompetencia de la actual administración.

Así, en este desasosegado escenario pueden quedar dos: López Obrador y Anaya. Sin embargo, la elección de uno u otro tiene las mismas implicaciones aunque en terrenos distintos. Pero los votantes quieren un cambio, y a más señalamientos de que AMLO es el diablo, la ciudadanía acorralada quizá, sólo quizá, se refugie bajo algún camuflajeado lucifer…

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