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Guerra informal, asignatura pendiente de la 4T

La reducción de la violencia y la inseguridad era una de las principales promesas de Andrés Manuel López Obrador al asumir la presidencia. Después de dos sexenios en que la violencia creció de manera preocupante, el compromiso para reducirla por parte del gobierno de la Cuarta Transformación era una de las principales expectativas de la sociedad mexicana. 

A dos semanas de concluir su administración, López Obrador presentó el pasado martes 17 de septiembre el Informe final del Gabinete de Seguridad. En voz de la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, el gobierno saliente concluyó que la estrategia llamada por el propio presidente de “abrazos y no balazos”, había resultado exitosa al reducir 19 por ciento los homicidios dolosos a lo largo del sexenio, así como una reducción significativa en otros delitos como robo de hidrocarburos, extorsiones, secuestros, robos y feminicidios.

La secretaria de Seguridad presentó en la mañanera del martes un video en el que resumió la estrategia de seguridad que el gobierno saliente consideró exitosa. En esta se resalta que se atendieron las causas generadoras de la violencia mediante la extensión de los programas sociales de cobertura universal y otros focalizados especialmente a los más jóvenes. 

Según el informe del gobierno federal, la implementación de la Guardia Nacional con la incorporación de 135 mil elementos y la creación de 266 bases de operaciones fue una de las estrategias más exitosa para conseguir esos resultados. Y para desmentir que no se combatía a los principales delincuentes, el informe final de seguridad destacó que a lo largo del sexenio se detuvieron a 94 mil 240 criminales, de los cuales 12 mil 319 eran del crimen organizado, incluyendo entre ellos a 8 mil 509 “objetivos prioritarios”, como Rafael Caro Quintero, Ovidio Guzmán, y capos. 

Ya en casi en su despedida, la titular de Seguridad no aguantó las ganas de agradecer al presidente por esta estrategia. Estos resultados, dijo, “Revelan que la forma de gobernar en México sí ha tenido un impacto positivo entre la población. Son grandes avances del movimiento de transformación encabezado por el presidente López Obrador (…) Señor presidente: gracias que nos ha enseñado la cultura de la paz por encima de la cultura de la guerra”, dijo Rosa Icela Rodríguez. En su informe destacaron que al final del sexenio, menos personas se sienten inseguras en el país. Al comenzar el sexenio en diciembre de 2018, 73.7 por ciento de la población se consideraba insegura, cifra que bajó a 59.4 por ciento en junio de 2024. Pero se puede ver el vaso medio vacío, también: todavía seis de cada diez mexicanos se sienten inseguros en la ciudad donde viven. 

Por más que sus números tengan sustento, al argumentar por ejemplo que los homicidios dolosos se contuvieron en los dos primeros años del sexenio y que comenzaron a disminuir a partir del tercer año, el gobierno de López Obrador se despedirá con una cifra de más 193 personas asesinadas violentamente en este sexenio, una cifra 23.16 por ciento más alta que la del sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando se cometieron 157 mil homicidios dolosos.

No se puede sostener que la estrategia contra la inseguridad ha sido exitosa cuando se deja el país con 116 mil personas desaparecidas, de los cuales al menos 48 por ciento ocurrieron en este sexenio o con los más de 300 mil desplazados internos que hay en el país, muchos de ellos por la violencia que los aqueja.

La guerra informal, una guerra no convencional, pero una guerra al fin por la magnitud de las víctimas, asola a muchas regiones del país y millones de mexicanos no viven tranquilos por la violencia cotidiana, como ocurre en Culiacán, en varios municipios de Chiapas, otros tantos de El Bajío y de Jalisco. 

A pesar de sus reuniones mañaneras del gabinete de seguridad, o de la extensión de la militarización del país con el pretexto de combatir la inseguridad, la guerra informal que sigue imperando en México es una de las grandes asignaturas pendientes que deja el gobierno de la Cuarta Transformación. Es uno de sus grandes fracasos. 

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