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‘Guerra de púlpitos’

“¡Basta de tanta violencia que sigue manchando de sangre la historia de nuestro querido país!”, se sentenciaba el 8 de enero pasado en el editorial Desde la Fe -semanario de la Arquidiócesis mexicana-, donde exigía un alto a la violencia y solicitaba al Gobierno mexicano revisar sus estrategias de seguridad para controlar la delincuencia y aplicar la ley. Y afirmaba que “el Estado mexicano tiene la capacidad de controlar a la delincuencia cuando se lo propone y aplica la ley, para evitar que crezca la inseguridad, la violencia y la descomposición social”.

El 18 de junio, en el mismo medio, la iglesia católica retomó el tema y señala que “La violencia en México no es cosa nueva, es uno de los mayores flagelos que nos lastiman desde hace años, y parece que no tenemos tregua, sino que, más bien, se agudiza”.

La iglesia no solamente habla por terceros -las víctimas de la violencia en la sociedad civil-, sino también por sus miembros. Un reporte elaborado por el Centro Católico Multimedial, titulado ‘Situación de la Iglesia Católica ante la violencia en México’, señala que en nuestro país “ser sacerdote es una actividad de riesgo. En las últimas tres décadas -desde 1990- más de 70 religiosos han sido asesinados, 12 por ciento -nueve presbíteros- de esos homicidios han ocurrido en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador”.

Apenas el pasado 20 de junio, haciendo eco al llamado de los obispos de México, en múltiples entidades del país se llevó a cabo el repique de campanas en catedrales e iglesias en conmemoración del aniversario luctuoso de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, quienes fueron asesinados en la Sierra Tarahumara hace un año.

La posición de la iglesia ha sido muy insistente y clara, sobre todo en los últimos días. El domingo pasado el Obispo de Apatzingán, Michoacán, Cristóbal Ascencio Garcia, reclamó al presidente López Obrador que “en vez de haber celebrado festivamente allá en el Zócalo ¿por qué no mejor celebrar un día de luto, de duelo nacional?.

Y ahora fue el Obispo auxiliar de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, Luis Manuel López Alfaro, quien dijo que “El pueblo no encuentra una respuesta, hay un vacío de autoridad muy terrible, la gente no sabe a quién acudir. La autoridad está para cuidar al pueblo, para defenderlo, pero hay un un vacío grande ahí, mucho dolor, la gente ya no halla para donde hacerse, como iglesia queremos una respuesta y juntos construir algo (...) El problema es la inmunidad”.

La respuesta desde Palacio Nacional, a los reclamos de la iglesia, en lugar de atender, es de retórica y la califica de hipócrita. “¿Qué quieren los sacerdotes? ¿Que resolvamos los problemas con violencia? ¿Vamos a apostar a la guerra?. ¿Por qué no actuaron (los sacerdotes) con Calderón de esa manera?, ¿Por qué callaron cuando se ordenaron las masacres cuando se puso en práctica el mátalos en caliente? ¿Por qué esa hipocresía? Eso no se debe permitir a nadie y mucho menos a un religioso, sea pastor de una Iglesia evangélica, o sea sacerdote”, declaró esta semana López Obrador. Y ayer, desde el púlpito de la mañanera, el presidente ha pregunta directa dijo desconocer los cobros de piso por parte del crimen organizado en contra de algunos sacerdotes o iglesias en algunas regiones del país, y en lugar de responder con la intención de una profunda y real investigación, su respuesta fue de “hay que tener cuidado porque puede no ser cierto”, minimizando los reclamos de la iglesia y agregando que todo puede ser parte de una campaña en contra de su administración, porque “son capaces de inventar cualquier cosa, en los
periódicos, la radio...”.

Y mientras desde el Vaticano el Papa Francisco ha pregonado que “Vivir, hablar y actuar sin violencia no es rendirse, no es perder ni renunciar a nada. Es aspirar a todo”, en México casi 100 millones de católicos, además de estar en medio de la violencia social, son testigos de la ‘guerra de púlpitos’. El de la iglesia pidiendo acción y justicia y el Palacio sin tomar acción e ignorando una dramática realidad.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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