Ideas

Gran Premio de China

Mea culpa
En la madrugada de ayer me di cuenta muy pronto que fui víctima de la maldición de la opinión. En este espacio el domingo compartí que Force India había encontrado la forma de hacer funcionar su monoplaza; cero puntos en la tercera fecha y lejos de estar en el ritmo necesario demuestran todo menos mejoría. No era descabellado pensar que Sergio Pérez y su escudería podrían de manera contundente luchar por puntos en Shanghái, el octavo puesto que consiguió Checo no fue por circunstancia, fue a base de talento y velocidad. Sin embargo más preocupante que la falta de puntos es la ventaja que sus rivales directos han conseguido durante el invierno. Aun cuando Esteban Ocon tenía en la mira el décimo puesto, nunca amenazó a Kevin Magnussen ni a Haas. Espero que en este descanso de una semana antes de viajar a Azerbaiyán los ingenieros responsables de las panteras rosas encuentren algo que se traduzca a competitividad en pista.

Sonrisas y disciplina
El piloto más alegre de la parrilla tuvo un fin de semana digno de una montaña rusa. Daniel Ricciardo encendió su motor Renault el sábado para participar en la práctica libre número tres sólo para romperlo a los pocos metros. El personal de Red Bull hizo un titánico esfuerzo para reparar el monoplaza de Ricciardo a tiempo para calificar, pero las expectativas eran muy pobres y la intención era sólo llegar a la Q3. El domingo fue recompensa suficiente para todos los involucrados al lograr su primer victoria de la temporada; reconozco que la suerte estuvo de parte del australiano y la escudería, pero fue la decisión de parar en fosos mientras el auto insignia recorría el circuito lo que les permitió cruzar la meta antes que nadie. Mientras que Daniel Ricciardo sonreía para los aficionados y bebía champaña de su bota, Max Verstappen tenía que encontrar en la parrilla a Sebastian Vettel para disculparse. Verstappen ha ganado fama, seguidores y respeto por su agresividad en pista y sobrepasos riesgosos, el piloto no ha mostrado piedad a ningún piloto dentro de la parrilla y demuestra en cada carrera que está dispuesto a buscar el espacio más pequeño para conseguir la posición. De ninguna manera espero que su actitud, manejo y confianza cambien, esa agresividad es un ingrediente escaso en el serial contemporáneo y debemos nutrirlo, no castigarlo. Dicho eso, Max debe de controlar un poco la ansiedad y esperar a los momentos adecuados.

Perdidos
Lewis Hamilton admitió a los medios especializados estar completamente confundido con el desempeño de su monoplaza y la falta de resultados. Por segunda carrera consecutiva, el británico se vio superado por Valtteri Bottas desde el viernes y Bottas por su parte superado por Ferrari todo el fin de semana. Lo que empezó como una temporada que prometía competencia entre las dos grandes armadoras ha tomado un rumbo muy diferente, si Mercedes no logra encontrar la puesta a punto de sus autos pronto, es probable que Ferrari domine. Lo repito constantemente en este espacio, falta mucho en el campeonato para emitir juicio, sin embargo ya es preocupante que ni pilotos, ingenieros o directivos entiendan lo que está sucediendo tras bambalinas en la escudería teutona. Admito que de no haber sido por la atinada decisión de Red Bull de parar en fosos, Bottas ya había logrado sobrepasar a Vettel en un movimiento estratégico perfecto y creo que se hubiera llevado la bandera a cuadros sin problema, espero estar exagerando y que la combinación de malos resultados sean sólo circunstanciales.

Trabalenguas
Después de un fin de semana de ensueño para piloto y escudería en Bahrein, ayer Toro Rosso terminó por sellar una visita desastrosa a China. Sin ritmo ni velocidad, los autos de Toro Rosso ya pedían que terminara la carrera desde el sábado tras la calificación, pero el destino les tenía preparados más obstáculos antes de dejarlos ir a casa. Brendon Hartley y Pierre Gasly partieron la carrera desde la decimoquinta y decimoséptima posiciones, respectivamente. Obtener puntos era poco probables, por lo que una estrategia conservadora que viera cruzar sus dos monoplazas la bandera a cuadros era la única opción razonable. Sabíamos de antemano que el trazado de Shanghái iba a ser complicado para Honda, pero lo que sucedió en la carrera es lamentable. Argumentando una falta de comunicación es la única forma que pueden defender un incidente entre compañeros de equipo. Suceso que me hace recordar a Sauber hace un par de años en donde Felipe Nasr y Marcus Ericsson acaparaban encabezados por sus tropiezos en pista. Pecados como el que cometió Toro Rosso son costosos en la máxima categoría, pero mucho más relevantes para las escuderías pequeñas que no tienen los recursos para tolerar incidentes innecesarios.

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