"Gorrón de conmemoraciones"
Con bastante pena me he enterado de los reprochables intentos que ha hecho mi tío Tolito con tal de entrar (como gorrón, desde luego, y sin ningún mérito conocido para haber sido invitado) a los festejos que se celebraron con motivo del centenario del diario EL INFORMADOR. Y como buen goyetero que es, parece que huelen estas perchas -que son de las que prometen- y pues resuelto decidió hacer hasta lo imposible por lograr una invitación formal o informal, esto es, vilmente colarse sin invitación, usando desde luego cualquier recurso lícito o ilícito que se le presentaba.
Inventó una genealogía y un escudo de armas en el que aparecía un león rampante carranceándose una cartera, y un lema que lo identificaba y que decía: “De gollete hasta un puñete, del dátil a la palma y primero muerto que desairista”, actos que innegablemente le daban calificaciones absolutas como gorrón. Se enteró que a una reunión concurriría la totalidad de sectores sociales y los gorriones, según él, no podían quedar fuera por ser parte indispensable del cuerpo social y quien diga lo contrario merecerá -según su dicho- ser tatemado en lo más profundo de los infiernos. Tolito, que de la literatura no conocía pero nadita, afirmaba que los egoístas comesolos que no invitan, reposarán sin duda en el cuarto círculo del infierno, lo que nadie ha comprobado, pero él lo afirma con tanta certeza que hasta parece que tiene razón.
Desde luego, los organizadores no le hicieron el menor caso, a pesar de que al portero del periódico le mostró todas sus razones y éste pacientemente lo escuchó, y con la misma parsimonia lo mandó mucho a un rancho propiedad de un candidato, finca ubicada en Tabasco, donde prometió recluirse ese político que por tercera ocasión quiere la grande y a donde con seguridad llegará a descansar cuando por enésima vez vuelva a ser candidato derrotado, pero con optimismo del cambio que promoverá para la siguiente elección, en 2024.
Pero ni uno ni mil rechazos deben intimidar; el gorrón, como persona sufrida que es, debe intentar la gorreada sin importar los sacrificios necesarios para llegar. Como ejemplo recuerdo que el tío en una ocasión para entrar a un festejo se disfrazó de bailarina exótica, lo cual fue una vergüenza para la familia cuando tuvo que ir a rescatarlo a la comisaría, lo que a más de vergonzoso produce la acción de la justicia, ya que en esta ciudad, si usted tiene la desgracia de tener que ver con la policía, lo que según dice el “Manual ilustrado de la víctima de la policía”, logrará de seguro que el Fiscal haga una rueda de prensa, que gusta mucho y una clase de moralidad en las redes por el comisario de la policía.
En esta ocasión el tío se coló como mesero y tuvo, sí, su parte de gozo, en lo que a un buen gorrón corresponde, sí señor.
@carlosmorsa