Ideas

Golpazo al novillero español

Las novilladas este año se han desarrollado de forma accidentada, y ayer no fue la excepción. Se lidiaron cinco toros de la ganadería de Rosas Viejas, mansos y descastados, de presencia regular y la mayoría con genio; así como un toro de la ganadería de Marrón, el mejor presentado de todos, pero también descastado.

El novillero español Jorge Isiegas, sufrió un durísimo golpe que le propinó el primer novillo de la tarde. En un lance al comienzo de la lidia, abrió tanto el capote que quedó descubierto y el novillo se fue de frente a su cuerpo, lanzándolo con fuerza contra las tablas, golpeándose duramente la cabeza en el estribo. Luego de momentos de tensión en el callejón, el doctor Francisco Preciado decidió prudentemente que el joven no saliera de nuevo al ruedo, pues, como se confirmó después, sufrió fractura de clavícula y contusión de cráneo, por lo que fue trasladado de urgencia al hospital. La lidia a ese novillo la concluyó el novillero Iván Hernández, sin nada que resaltar.

Ricardo de Santiago, nacido en San Luis Potosí, demostró que tiene ideas, que tiene voluntad y valor, pero ayer no pudo triunfar. Dos fueron las razones por las que no pudo cortar orejas a ninguno de los tres novillos que le correspondieron. La primera, como se ha mencionado, porque los novillos carecieron de bravura, y si bien algunos eran nobles, no tenían recorrido e iban sin embestir y sin fuerza. Eso motivó que el novillero tuviera que arreglárselas él solo, pero sin exponerse demasiado, por lo que toreó de lejos y tropezó en una ocasión corriendo con suerte de que el novillo no lo cogiera. Fue desarmado varias veces, y sus estocadas no fueron certeras, por lo que el juez le negó la única oreja que sólo una parte del público pidió, en el cuarto novillo de la tarde.

En lo que destacó Ricardo de Santiago fue con las banderillas. Al primer novillo le puso un par con arte y valor, pues cuando el novillo iba hacia él, hizo un recorte girando completamente el cuerpo sobre su propio eje, rozando los pitones, para quedar de nuevo de frente y clavar el par por todo lo alto. Puso también dos pares elevándose sobre el novillo, con mucho riesgo, y en otro partió las banderillas, poniéndolas sin mucho lucimiento.

Jorge Isiegas no pudo continuar con su primera faena luego de ser embestido y golpeado contra las tablas. EL INFORMADOR / G. Gallo

Iván Hernández, oriundo de Aguascalientes, corrió con suerte similar, pues su valor y voluntad no fueron suficientes. Hay que reconocerle también el tesón, pero ya hemos dicho que en esto de los toros no basta el valor ni el voluntarismo. Es necesario el temple, saber irle al toro sin descubrirse, es decir, engañando, pero con arte, y a este joven le hace falta ese atributo. El primer novillo de su lote, tercero de la tarde, era receloso en la embestida, daba brincos y carecía de recorrido. No pudo hacerle nada. Con su último novillo, el único de la ganadería de Marrón, si bien tenía trapío, era descastado. El novillero mostró valor, pero su torería carecía de clase. Llevaba las manos muy altas con el capote, y con la muleta le costaba la ligazón. Fue achuchado por el novillo, sin consecuencias afortunadamente. Fue desarmado dos veces, quedando la muleta sobre el ruedo como un guiñapo.

Reconocimiento, desde luego, al valor de los dos novilleros. Ambos tienen hambre de triunfo. Incluso ayer sostuvieron un duelo de quites con el cuarto novillo. Pero para ser matador de toros se requiere mucho más, comenzando por el temple, por lo que deben seguir trabajando.

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