Ganó Claudia, ¿qué pasará?
Son las once de la noche del domingo 2 de junio, no solo ya han cerraron las votaciones, sino que desde hace rato circulan algunas encuestas de salida en las que se dan por ganadora a Claudia Sheinbaum de Morena.
El INE ha dado a conocer los resultados de su conteo rápido. La candidata de Morena ganó las elecciones con un 56 por ciento
de la votación, Xóchitl Gálvez quedó en segundo lugar con un 34 por ciento. El candidato esquirol, Álvarez Máynez habrá cumplido sus dos misiones: dividir el voto opositor y lograr mantener el registro del partido naranja.
El golpe de suerte que esperaban le diera la victoria a Xóchitl nunca llegó. Ya sea porque le faltaron días para cerrar la distancia entre ella y Claudia, o porque simplemente su equipo nunca se preocupó por conseguir una canción pegajosa que se escuchara en todos lados.
Xóchitl en conferencia de prensa anuncia lo que ya todo mundo sabe: que las tendencias electorales no le favorecen. Le desea mucha suerte a la virtual presidenta electa y les pide a sus simpatizantes que respeten la voluntad de la mayoría: Morena seguirá otro sexenio en el poder.
Nunca las derrotas son absolutas: la oposición gana la Ciudad de México. De igual modo, la oposición recupera los gobiernos de Veracruz, Morelos y Puebla. Jalisco se queda para Movimiento Ciudadano, pero Morena logra llevarse la ciudad de Guadalajara. Morena no tendrá mayoría absoluta ni en Cámara de Diputados ni en Cámara de Senadores. Solamente mediante los diputados de sus partidos satélite como el Verde o el PT, es que la nueva presidenta logrará pasar su presupuesto. Pero adiós a la mayoría calificada que tanto querían.
El gobierno de Sheinbaum será como el de López Obrador: con muchos diputados y senadores, pero no los suficientes para cambiar a su antojo la Constitución.
El presidente celebra los resultados, pero se queja de los capitalinos que no supieron apreciar todo lo bueno que ha hecho su gobierno. Seguramente el ser “aspiracionistas” les ha nublado el juicio o quizá ya de plano se destaparon como conservadores.
El cambio de gobierno ocurrirá en octubre. El presidente se habría dedicado sus últimos meses a recorrer en una “gira del adiós” el país. La presidente electa se dedica a formar su equipo de gobierno, a repartir puestos y pagar favores.
Una vez en el poder, se enfrentará a la realidad. La gente de Hacienda del gobierno saliente le había ya marcado la pauta: meter un recorte brutal al presupuesto público. Simplemente no se puede estar otro año más con un déficit fiscal del 6 por ciento del PIB. Por lo menos hay que dejarlo a la mitad.
Eso significará que todo 2025 no habrá dinero para ninguna obra “prioritaria” de la presidenta. Incluso deberá de dar la orden de
parar el Tren Maya. Formalmente seguirá su construcción, pero en la realidad dejará de fluir el dinero. Lo mismo para la refinería. Habrá que irla llevando con mucha más calma. Ninguno de los hoy señalados por corrupción, serán investigador ni mucho menos, castigados. Los responsables de SEGALMEX, Roció Nahle y su familia, Bartlett, los hijos del presidente, entre muchos otros. Nunca tendrán que rendir cuentas.
Lo único que hará la presidenta, será mandar a la banca a los que se sirvieron con la cuchara grande en el gobierno de su jefe
AMLO.
El sexenio arrancará sin dinero, con fuertes recortes y sin la posibilidad de cambios en la política nacional. Los empresarios acomodaticios buscarán quedar bien con la presidenta para que las cosas sigan “business as usual”.
México habrá perdido otra oportunidad más.