GM, Nissan y el futuro de la industria
Por dos semanas consecutivas la industria automotriz global sufrió temblores fuertes. La semana pasada fue la detención de Carlos Ghosn, ahora ex Chairman de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Esta comenzó con el anuncio de General Motors de cortar costos, implicando el cese de producción de varios vehículos y de nada menos que cinco plantas, por fortuna ninguna de ellas en México. Mientras lo de Nissan cada día más se parece a un problema político, de lo GM es una apuesta por un futuro que aún es incierto y cuando se apuesta en algo con antelación las ganancias pueden ser enormes, pero también lo son las posibles pérdidas.
En abril pasado, en su convención anual en Las Vegas, GM anunció que seguiría produciendo autos como el Malibu, puesto que el mercado aún era grande, de alrededor de cuatro millones de unidades por año. Pero ahora las cosas han cambiado y si bien no afectan al Malibu, al menos de momento, sí implicarán el final de producción de vehículos como el Cruze, el Volt y los Cadillac XTS y CT6. GM ve la necesidad de mejorar su desempeño financiero y con ello ser capaz de enfrentar el reto del cambio hacia los autos eléctricos. El grupo deberá anunciar una nueva plataforma para autos eléctricos en 2020.
El detalle es que los coches eléctricos aún no son más que una apuesta, una alternativa de futuro que el mercado aún no termina de comprar, por más que les encante a algunos políticos anunciarlos como una realidad inminente.
Ilusiones y realidades
Nadie gana dinero con autos eléctricos hasta hoy, ni siquiera Tesla. Tal vez sea más correcto decir que especialmente Tesla no gana dinero con sus autos. Porque para que el mercado los acepte es necesario que carguen tan rápidamente como se llena un tanque de gasolina. Y que cuesten lo mismo. Y eso aún está lejos. Muy lejos. Décadas lejos.
Pero el anuncio de GM es lo que los inversionistas querían escuchar. Ya veremos si al final le salieron o no los números, que finalmente son el único lenguaje hablado por los inversionistas. Por lo pronto el anuncio pudo complacer al mercado y hacer enojar a Donald Trump, lo que tampoco es algo que se quiera hacer.
En Japón, ya comenzaron a aparecer las versiones del problema con Carlos Ghosn desde su lado y él niega todas las acusaciones en su contra, ya habiendo contratado abogados que trabajan para mostrar las evidencias en su favor. No hay que olvidar que hasta ahora no existen evidencias públicas en su contra. El conflicto con Nissan sigue y puede generar mucho todavía.
Que no se piense, sin embargo, que este problema amenaza de alguna manera la operación de Renault o de Nissan. Mucho menos en México. Ambas son empresas sólidas, dirigidas por Magda López y Mayra González, respectivamente, contando con posiciones consolidadas en México, donde Nissan es líder desde hace nada menos que nueve años.
Han sido dos semanas de mucha actividad en esta siempre cambiante industria y esto al final debe ser bueno para los consumidores que son al final los pescadores que estarán esperando las ganancias de un río que ha estado muy revuelto. Solo esperemos no esté tan revuelto que se transforme en río seco.