Fuero y escoltas para el diputado Luna
“Es una ignominia desde la ignorancia” espetó evasivo el diputado federal y aún jefe de gabinete del gobernador Enrique Alfaro, cuando las y los colegas reporteros lo abordaron esta semana para cuestionarlo por la conocida ya como “Ley Hugo Luna”, que lleva su nombre porque lo incluye, sin haber estado nunca en temas policiales ni tener amenazas conocidas, en la lista de funcionarios a los que se les tienen que asignar escoltas con cargo al contribuyente, una vez que dejen su cargo como funcionarios estatales.
Sinónimos de ignominia en cualquier diccionario, son afrenta pública, vergüenza, deshonor, ofensa, oprobio, agravio, injuria, denuesto, ultraje, deshonra, infamia, insulto, bajeza, descrédito, vilipendio, denostación entre otros.
Críticas de este tipo son justo las que ha despertado esta Ley hecha a la medida del más influyente funcionario del gobierno de Alfaro, y aprobada en fast-track por la fracción emecista y aliados en el Congreso. Esta inconformidad expresada en redes sociales por muchos jaliscienses de a pie, que han sido víctimas de la crisis desbordada de inseguridad y violencia que se padece en la ciudad y en muchas regiones del estado, se acentuó porque su aprobación no acababa de causar polémica cuando sobrevino el asesinato de Jaime Navarro Hernández, director de Seguimiento a Procesos de la Fiscalía de Jalisco, quien hace una semana fue sorprendido por sus agresores al bajar de su vehículo para entrar a una farmacia, sin que lo protegiera ningún escolta. También porque justo a inicio del gobierno alfarista se promovió una reforma a la Ley del Servicio de Protección para reducir el número de agentes que daban seguridad a sus antecesores que habían fungido como gobernador, secretario general de gobierno, fiscal estatal y regionales, al director del sistema carcelario, secretario de seguridad, y de transporte, y casi seis años después, de forma contradictoria, no escatiman en incorporar a Luna sin precisar siquiera a cuántos elementos y qué tipo de vehículos se le asignarán.
Cabe señalar que el único episodio que ligó a Luna a asuntos de seguridad, fue cuando justo hoy hace dos años Guacamaya Leaks, un colectivo que hackeó millones de documentos internos de la Sedena, lo involucraron, de acuerdo a comunicaciones intervenidas, con un presunto policía conocido como “El Tapatío” que le habría revelado a sus jefes mafiosos que se reuniría con el jefe del gabinete estatal de Jalisco, a quien habría ofrecido cinco millones de pesos, y que los escoltas del gobernador se habían comprometido a retirar unidades policiales “a favor del grupo delictivo”.
Además de este blindaje físico, a Hugo Luna ya se había procurado también blindaje legal, al conseguir que lo colocaran en los primeros lugares de las listas plurinominales del partido Movimiento Ciudadano a la Cámara de Diputados para asegurarse, antes que todo, fuero constitucional que lo proteja de eventuales investigaciones por presuntas irregularidades que le achacan dentro y fuera del gobierno estatal.
Luna sólo esperó el reparto de subvenciones económicas que se adjudican discrecionalmente en San Lázaro, y esta semana, luego de cobrar su tercera quincena como diputado federal, pidió licencia en la Cámara Baja y anunció que se reincorpora a su puesto de Jefe de Gabinete, hasta que concluya la actual administración el próximo 5 de diciembre. El gobierno del estado lo recibió reconociendo su “liderazgo y dedicación” y por haber sido “pieza clave” para alinear “los esfuerzos gubernamentales con las necesidades de las y los jaliscienses”.
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