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Franz Beckenbauer y el partido del siglo

Según Gary Lineker, que presentó el sorteo mundialista el pasado 1 de diciembre, “el futbol es un juego simple: 22 hombres persiguen una pelota durante 90 minutos, y al final siempre gana Alemania”.

La historia de Franz Beckenbauer, el símbolo del futbol alemán parece confirmar la idea de Lineker. El “Káiser” lo ganó todo: Campeonatos de Alemania Occidental (5), Copa Intercontinental, Copas de campeones (3), Balones de Oro (2), y hasta la fecha es la única persona en la historia que ha alzado la Copa del Mundo como capitán y como director técnico de su Selección.

Considerando ese historial prácticamente inmaculado y la elegancia aristocrática de Beckenbauer en la cancha es irónico que la estampa más representativa del defensa lo muestre maltrecho durante un partido que la Selección alemana jugó con bravura, pero terminó perdiendo.

Es el 17 de junio de 1970. Hace calor en el Estadio Azteca. Se juega la Semifinal Italia-Alemania. Como la “Mannschaft” de hoy, Alemania libra con soltura la fase de grupos. Italia es un equipo que impone respeto, pero no es la favorita. Con ironía, los franceses llaman a esa Selección azzurra “caja de ahorros”, porque busca obtener la mayor cantidad de intereses con la menor cantidad de goles posible.

Ese miércoles la caja de ahorros parece estar a punto de producir réditos espectaculares. Se juega el minuto 90 y con un solo gol, anotado por Boninsegna al inicio del partido, los italianos están por obtener el pase a la Final de Mundial. Beckenbauer, que se dislocó el hombro derecho tras un choque con Pierluigi Cera, juega desde el 67’ con el brazo vendado porque Alemania ha agotado sus cambios.

Se cumplen los dos minutos de tiempo agregado y Arturo Yamasaki, árbitro del partido, todavía no da el silbatazo final. Desde la izquierda, Grabowski manda un centro y Schnellinger, que jugaba para el Milan, anota ante la exhausta defensa italiana. El partido va a tiempos extra.

Los alemanes no pierden la oportunidad y al minuto cinco del primer tiempo suplementario se ponen en ventaja con un gol de Muller. Cuatro minutos después el alemán Held pone sin querer un pase al italiano Burgnich, que empareja el marcador. Riva anota al 104’ para Italia, el alemán Mueller marca al 110’, y solo un minuto después Rivera hace el 4-3 definitivo.

A pesar de la lesión en el brazo, Beckenbauer pelea con intensidad hasta el final. El “Káiser” se reivindicará ganando la Copa del Mundo en 1974 como jugador y en 1990 como director técnico. Italia perderá la Final en el Azteca con Brasil, pero se forjará una fama como rival letal de Alemania.

“Italia nos ha eliminado muchas veces sin ser mejor equipo”, se queja Beckenbauer sobre la Selección azzurra, cuyo espíritu de “caja de ahorro” que al final derrochó esfuerzo bien podría servir de inspiración a México cuando se mida a los sucesores del “Káiser” en el Mundial del próximo año.

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