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Filias, fobias, caprichos y timorates en Serie del Caribe

Los directivos de los ocho equipos que conforman la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) y su Presidente Omar Canizales, deben realizar análisis autocrítico objetivo sobre el estrepitoso resultado que en lo deportivo obtuvo el equipo mexicano que representó al béisbol invernal de México en la recién desahogada edición 2018 de la Serie del Caribe —fracaso deportivo que contrasta con el éxito de la planeación, promoción, comercialización, logística y operación del certamen por el comité organizador— y el resultado debe ser un cambio de fondo en el esquema de integración del equipo mexicano para las próximas ediciones del serial caribeño, debiéndose incluso elegir al mánager más conveniente y obviamente a los mejores peloteros del momento sin que deba ser necesariamente mayoría provenientes del equipo campeón de la temporada previa al certamen, dejando de lado filias, fobias y caprichos.

Aunque haciendo efectivo el apego a la tradición de armar dicho escuadrón representativo de México escuchando al mánager del monarca y sobre la base del roster del conjunto que resultó campeón de la temporada concluida previo al certamen, la escuadra es la representación de nuestro beisbol invernal, siendo luego entonces el armado del roster una responsabilidad prioritaria de la directiva de la LMP, aunque en esta ocasión son corresponsables en mayor medida los directivos del equipo que resultó campeón, —los Tomateros de Culiacán cuyo Presidente es el empresario Hector Ley—  y el mánager del citado escuadrón, Romar Benjamín Gil.

Aunque el roster que la LMP integró tuvo 12 peloteros pertenecientes a Tomateros de Culiacán y dieciséis beisbolistas provenientes del resto de los equipos que integran la LMP, a esos 12 de la tropa culichi habría que anexar los tres que desde otras novenas fueron coptados como refuerzos en la postemporada, siendo entonces 15 los peloteros que terminaron jugando hasta el final con los Tomateros incluyendo los Playoffs y entonces sólo 13 jugadores de otros conjuntos que fueron incorporados al roster no habrían tenido la ocasión de jugar juntos antes de la realización de la Serie del Caribe.

Los comentarios acres sobre la falta de solidez y equilibrio del escuadrón azteca ocurrieron desde antes del inicio del máximo serial de beisbol profesional latinoamericano, y tras la hecatombe se acentuaron las críticas en relación a cómo fue armado el escuadrón mexicano, siendo claro que el roster dictado por la LMP no satisfizo a los directivos de los otros siete equipos que integran la Liga ni a la afición en general, prohijándose señalamientos de muchos periodistas, analistas y comentaristas deportivos con conocimiento y experiencia en beisbol, que conocen al tejido humano de las diferentes organizaciones del circuito y cuentan con la información actualizada del estado físico y los resultados de cada pelotero durante el desarrollo de los cotejos del calendario ordinario y durante la postemporada de la campaña 2017-2018 de la LMP. El roster sólo dejó satisfecha a la directiva de los Tomateros de Culiacán y al mánager Benjamín Gil, que fue quien tuvo la mayor influencia al exigir, proponer y vetar peloteros, optando su directiva de Culiacán en apoyarle tras haberse comprometido a jugar a ganar y ofreciendo que con el roster del que fue factor decisivo estaría luchando por obtener la corona de la sexagésima edición del serial caribeño, siendo luego entonces que la directiva de los Tomateros presionó a la dirigencia de la LMP a efecto de incluir a diversos peloteros y excluir a otros, a lo que finalmente tuvo que acceder Omar Canizales, más quien al menos pudo imponerse al haber logrado algunas inclusiones y otras exclusiones planteadas por él tras el análisis del desempeño y el estado físico de los beisbolistas contrastado con los requerimientos básicos para contar con un roster equilibrado y con la capacidad de enfrentar con éxito a las poderosas escuadras representativas de las potencias beisboleras de America Latina.

Pero al no contar con mayor respaldo de los directivos del resto de equipos que integran la Liga, Canizales tuvo que aceptar los caprichos de Benjamín Gil impuestos a partir de la intensa y negativa presión de la directiva de la organización tomatera encabezada por los temidos hermanos Ley, que se impusieron y quedó un roster desequilibrado, débil en varias líneas e incapaz de vencer a las otras potencias beisboleras de Latinoamérica, que como es historia, avasallaron al equipo mexicano, que concluyó su participación en la Serie del Caribe como el peor equipo del certamen en el vergonzoso último lugar, en el marco de la peor actuación de un equipo mexicano jugando como local.

Canizales logró incluir algunos buenos peloteros como Chris Roberson de Águilas de Mexicali, Jesús “Jesse” Castillo e Isidro Márquez de los Mayos de Navojoa, Gabriel Gutiérrez de Charros de Jalisco y Sebastián Valle de Cañeros de Los Mochis, pero también tiene responsabilidad al haber generado la inclusión de Ryan Kussmaul y Rolando Valdez de Mexicali, así como Nick Struck de los Venados de Mazatlán, además de no haber logrado que los directivos de las organizaciones que forman la LMP le hubiesen respaldado suficientemente para imponerse a Benjamín Gil y a sus patrones los hermanos Ley que propinaron veto a José Manuel “Many” Rodriguez, Sergio Romo, Tyler Alexander y Agustín Castillo de Charros de Jalisco así como Esteban Haro, Carlos Bustamante y Paul León de Navojoa y prohijaron la inclusión de otros beisbolistas que no fueron adecuados como los lesionados Rico Noel, Ronier Mustelier y Héctor Daniel Rodriguez, además de Alfredo Amezaga y Fernando Pérez, además de Casey Coleman.

@salvadorcosio1
bambinazos61@gmail.com

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