Ideas

"Feria de compradores"

No crea usted que me valió gorro no haber asistido este año a la FIL, para mí este festejo es el acto anual más trascendente que sucede en esta ciudad y, por supuesto, de gratitud para con el licenciado, a cuyo talento debemos el desarrollo ya por tantos años y esperemos que dure muchos más.

El autor de la obra dice, o lo hace en voz de sus asesores, que producirá un país de lectores y que me disculpe el jerarca, difiero de su opinión, ya que conozco a muchos, la mayoría, que van a la feria a comprar y después no leen, y me incluyo en ese grupachón, por lo que más que ser un país de lectores somos un país de compradores y la Feria es uno de los escaparates más grandes y conozco grandes lectores -que aunque pocos, sí los hay- que ni a la feria van.

El país invitado sí me llama la atención ya que desconozco prácticamente todo sobre éste y tiene visos de ser muy, pero muy interesante. Por mi parte, durante mi vida leí algo de Tagore y a otro llamado Lanza del Basto, que ni siquiera estoy seguro que sea de por allá, y tal vez un poema de Octavio Paz que aparece en Ladera este. Pero me la perderé.

Lo que no me gusta para nada es que para él o para cualquier mercadólogo sea importante el número de asistentes, para lo cual el licenciado que además de ser dueño de la feria, convenientemente tiene también una universidad (con varios seudónimos), pues ordena que miles de pubertos, a los que prácticamente no les interesa ningún libro ni para detener una puerta y después de acercarse a la FIL jamás se interesarán en ninguno.

No tengo la menor idea de qué tipo de bibliófilo sea el licenciado, ni siquiera sé si lo sea y créame que si hay alguien que esté agradecido con el prohombre por la concepción y desarrollo de la feria soy yo. Salvo a ésta, he asistido desde las primeras, que eran unas cuantas mesas interesantes sólo si te interesaba el marxismo o espulgar las excepciones que se les habían colado. Nadie se imaginaba, cuando menos yo no, que llegaría a estos extremos.

Y es que los libros para muchos ya son un producto antediluviano, vamos, como que hay muchos que lo condenan a muerte, dadas las nuevas tecnologías. Desde luego, yo no estoy de acuerdo con eso porque me gusta tenerlos pero para muchos incluso tener una biblioteca no es conveniente ya que en su opinión lo importante es que los libros circulen. En fin, lo divertido de este baile es que cada quien, con la soberana libertad de hacer lo que le pegue la gana, sabrá si usa, compra o lee los libros, tomando en cuenta aquello que decía un amigo: que tener un libro da cultura, aunque no lo leas, porque ya sabes que existe.

@enrigue_zuloaga

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