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Feminicidio frente a Casa Jalisco

El asesinato de Vanesa Gaytán Ochoa es una terrible tragedia. Vanesa fue asesinada por su marido frente a Casa Jalisco, una de las oficinas públicas mejor resguardadas en el Estado. La sola posibilidad de que se cometa un feminicidio frente la residencia oficial del gobernador es una muestra de la extrema vulnerabilidad que tienen las mujeres perseguidas y agredidas por la violencia machista. Si se comete un crimen frente a oficinas oficiales resguardadas por decenas de vigilantes, podemos imaginar lo que puede ocurrir en colonias marginadas o poblados alejados de la seguridad y de la atención pública.

Pero además de la terrible impunidad de los agresores machistas, el feminicidio de Vanesa Gaytán refleja al mismo tiempo la negligencia de las medidas vigilancia y protocolos que se supone las autoridades están obligadas a seguir. Vanesa Gaytán había denunciado a su marido Irwin Emanuel Ramírez Barajas por hechos de violencia y amenaza desde diciembre de 2017. El 27 de febrero de este año volvió a solicitar las medidas de protección. Pese a ello, fue asesinada.

Vanesa Gaytán no habría perdido la vida si las autoridades hubieran actuado debidamente. Una vez ocurrido este feminicidio, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez dijo ayer que se revisarán los protocolos de protección solicitados por mujeres violentadas. Pero ni el gobernador ni el presidente municipal de Guadalajara, donde radicaba la víctima, dejaron pasar la oportunidad de tratar de eludir su responsabilidad. El gobernador dijo que la misma sociedad debe hacer una reflexión para entender que la violencia machista “es producto de la descomposición también de nuestra sociedad”. Por su parte, el alcalde tapatío, Ismael del Toro, dijo que hubo problemas para localizar a la víctima de feminicidio por cambio de número telefónico. Pero ni el mejor ejercicio de reflexión de la violencia machista o el que la víctima hubiera cambiado su número eximen a las autoridades de este trágico feminicidio.

Como apuntó críticamente el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) en un comunicado: “A Vanesa no la mató solo el marido cobarde, sino todos los funcionarios ineptos que no procuraron su atención ni seguridad”.

El problema, además de trágico, es masivo. Son casi mil mujeres (948) las que han solicitado órdenes de protección tras denunciar violencia por parte de sus parejas. Lamentablemente, muchas de ellas terminan asesinadas y tras el crimen, las autoridades se niegan a tipificar como feminicidio dichos crímenes.

Según el fiscal general, Gerardo Octavio Solís Gómez, desde que arrancó la actual administración estatal, el pasado 6 de diciembre, se han cometido 13 feminicidios. Pero la cifra real es mucho más alta, según los registros de Cladem, desde enero hasta el 14 de abril de este año, se han cometido 68 feminicidios, al que se agrega el de Vanesa Gaytán.

Este trágico y terrible feminicidio debe a obligar a las autoridades a replantear las medidas de protección y revisar todo el aparato de procuración de justicia para ponerlo al servicio de las mujeres violentadas. Como bien plateó Cladem en un comunicado sobre el feminicidio cometido frente a Casa Jalisco: “El caso de Vanesa no puede ser un caso más de feminicidio en el Estado. Tiene que existir un antes y un después de este cobarde asesinato. Tienen que reestructurar todo el sistema de justicia que atiende la violencia de género”.

(rubenmartinmartin@gmail.com)

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