Felipe Calderón, ¿estaba enterado?
El 21 de octubre de 1969 -tres meses después de la histórica llegada del hombre a la luna, el 20 de junio- Herbert Ernst Karl Frahm, más conocido como Willie Brandt, fue nombrado como Canciller de la República Federal de Alemania, cargo que desempeñaría hasta el 6 de mayo de 1974, cuando abruptamente renuncia al comprobarse que su secretario personal Günter Guillaume trabajaba como espía para el gobierno de la República Democrática de Alemania. Desde 1973 los organismos de seguridad de Alemania Occidental sospechaban de Guillaume, pero fue hasta el 24 de abril de 1974 cuando lo aprendieron, comprobando sus actividades ilícitas a favor del enemigo, que días después llevaron a Brandt a dejar -por vergüenza- la Cancillería.
Con lo sucedido en el gobierno alemán occidental hace 50 años se venía abajo la hipótesis de que todo jefe de gobierno, canciller o presidente “está enterado de todo”. Para Brandt, a pesar de tanta cercanía con su asistente personal -hasta vacaciones llegaron a pasar juntos- pasó desapercibida la actividad que como espía mantenía para Alemania Oriental.
Este ejemplo -sin asegurar que sea una calca- pudiera aplicarse a lo que hoy vivimos con el caso de Genaro García Luna, principal responsable de la seguridad pública durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón, quien la semana pasada fue condenado a 38 años de prisión en Estados Unidos. Hay la percepción en un sector de la ciudadanía que Felipe Calderón estaba enterado de la “colaboración” que mantenía García Luna con el crimen organizado. La reacción en medios y redes sociales en contra de Calderón se desbordó, provocando que el exmandatario saliera al paso de las mismas, señalando que “soy partidario de quien incumpla la ley, asuma las consecuencias... Nunca tuve evidencia verificable que lo involucrara con actividades ilícitas, ni tampoco recibí información en ese sentido de agencias de inteligencia, mexicanas o extranjeras, que entonces confiaban en él e interactuaban con él”.
Una de las respuestas al mensaje de Calderón salió desde el mismo Palacio Nacional, donde la presidenta Claudia Sheinbaum enfrentó al exmandatario: “A mi me parece que en la publicación de Felipe Calderón, pues que es muy cínico. ¿Cómo que no sabía nada y ahora llama a combatir la delincuencia organizada como él lo hizo?... A ver, cómo que como tu lo hiciste, si pusiste al frente de eso -la lucha contra el narcotráfico- a un personaje que está juzgado como un narcotraficante, como un delincuente, Lo que debería -hacer- es pedir perdón, al menos”.
La respuesta de la nueva inquilina de Palacio se entiende como una secuencia a la tendencia que desde hace casi seis años mantiene el oficialismo sobre el expresidente; la reacción de Calderón es obvia al querer demostrar su inculpabilidad, pero también pudiera ser que como Willie Brandt, por la confianza ciega depositada en su asistente, Calderón fuera víctima y no estuviera enterado.
¿Usted, qué opina?