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Faena de Sebastián Castella, vibrante y con torería

Domingo 8 de marzo de 2020. Plaza de Toros Nuevo Progreso. En la corrida del cerrojazo de la Feria de Aniversario, con muy buena entrada, Sebastián Castella dio muestra de sentimiento y arte profundo para confeccionar una faena que se mantendrá en el recuerdo de los aficionados. No todo fue luz, porque la ganadería Arroyo Zarco envió una corrida descastada, deslucida, sin fondo y sin bravura, con excepción del quinto de la tarde, al que Castella le hizo esa faena y el toro recibió el indulto. 

Uriel Moreno “El Zapata” demostró que es un excepcional banderillero, pues a sus dos toros les hizo el “par monumental”, poniéndose el público de pie para ovacionarlo con vuelta al ruedo. Con su primer toro no pudo lucir más que algunos derechazos, y al segundo, que tuvo que ser uno de reserva de Campo Hermoso porque el de la lidia ordinaria fue despitorrado en el burladero, lo toreó y mató con buena estocada que le mereció una oreja. 

Leo Valadez, si bien fue el tercero en el orden de alternativa, no contó con suerte en su lote, pues sus dos toros de Arroyo Zarco le impidieron mostrar el buen oficio al joven torero de Aguascalientes. Él sabe bien que los toros no tienen palabra de honor, y ya vendrán tiempos mejores. 

Sebastián Castella toreó al mejor toro de la tarde: el quinto, que no fue malo, sino extraordinario. Un toro que le devolvió la ilusión al ganadero que veía, conforme avanzaba la tarde, que aquello pintaría para ser algo que jamás querría recordar. Pero salió ese toro, que se llamó “Barquero”, cárdeno bragado de 510 kilos y de bonita estampa. Bravo, aunque la bravura la mostró en la faena, de menos a más, y no en la suerte de varas, que es donde debía medirse. El picador poco le hizo al toro, que tampoco acometió como era de esperarse y fue quitado del caballo prontamente. Pero ese detalle quedaría para la discusión de si el toro merecía el indulto. Para algunos no lo merecía, porque la suerte de varas fue insuficiente, y para otros sí porque, es verdad, el toro fue un gran toro en la faena con la muleta. El juez, de nueva cuenta, aplicó el salomónico criterio de indultar por petición mayoritaria, aunque el reglamento le da esa atribución sólo a él. El arte de disentir es siempre enriquecedor. 

Pero lo importante fue la faena. Sebastián miró al cielo. Tomó la muleta y se desmonteró. Una bandera de Francia, su país, colgaba en el tendido de Sol, con su efigie en el centro. Las banderillas a sus dos toros fueron de color morado, lo que me hizo notar de inmediato Santiago Moreno. Así demostró el matador que, además de gran torero, es un hombre extraordinario. ¡Un tributo a las mujeres! Antes de la corrida, él había publicado en las redes: “Hoy es el día más importante que existe en esta vida y a veces ni nos queremos dar cuenta.” ¡Pues sí, señores, enhorabuena por esa vibrante faena en honor de las mujeres! 

Las tandas con la derecha, templando, ¡esto es torear!, decíamos exultantes. Ligaba los pases, el toro embestía, surgían los naturales, el público se rendía. Una faena de arte y torería, con una luna que, como en Andalucía, iluminaba al toro, al torero y a todas las mujeres del mundo por las que ayer se toreó en su día.

Sebastián Castella. El francés resultó el triunfador en la corrida de ayer en al Nuevo Progreso. EL INFORMADOR/G. Gallo
Uriel moreno “El Zapata”. No tuvo suerte en su lote. EL INFORMADOR/G. Gallo
Leo Valadez. No pudo mostrar su oficio con sus dos bureles. EL INFORMADOR/G. Gallo



 

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