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Fabiola Loya y el efecto Clemente

La efervescencia política interna por las candidaturas en juego en el partido en el poder en Jalisco cada día está más en ebullición.

Esto luego de que se trastocó la decisión de quién será el que aspire a suceder, como abanderado por el partido Movimiento Ciudadano (MC), al gobernador Enrique Alfaro.

Como aquí he consignado, las desconfianzas en Casa Jalisco hacia el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, quien ha punteado siempre en las encuestas a la gubernatura de Jalisco, parecieron alcanzar un punto sin retorno luego de la crisis por la marcha naranja por “Una FIL libre de Raúl Padilla”. La nomenclatura naranja no perdona que Lemus no se haya sumado a la manifestación y menos que hubiera argumentado públicamente que no fue porque él no era un “arrastrado”.

Ese desliz fue aprovechado para intensificar la narrativa interna de que no era de madera naranja y para orquestar toda una ráfaga colectiva de fuego amigo contra Lemus, achacándole despreciar las estructuras del alfarismo.

Lo que pareció ser una tregua a fines de enero, cuando Alfaro invitó a desayunar en Casa Jalisco a Lemus, al secretario de Asistencia Social, Alberto Esquer, y al líder de los senadores naranjas, Clemente Castañeda, no fue mas que el punto de partida de toda una operación para colocar a este último como el nuevo favorito del oficialismo para ganar la candidatura emecista.

Así, el efecto Clemente ha empezado a generar muchos otros movimientos al interior de MC.

El más visible se dio en Zapopan la semana pasada, donde las y los aspirantes naranjas perciben que si Lemus dejó de ser el bueno, en automático disminuyen las posibilidades de que su aliado Juan José Frangie tenga mano para repetir la candidatura emecista en busca de la reelección.

La primera en aprovechar el efecto Clemente en Zapopan fue Fabiola Loya, actual subsecretaria de Derechos Humanos, a quien le ha tocado trabajar en el espinoso y delicado tema de las desapariciones, sin duda, el más grande problema de inseguridad en la Entidad.

La trayectoria política de Loya inicia desde el primer intento de Alfaro de conquistar la alcaldía de Tlajomulco, postulado por el PRI, en el 2003. Antes de participar en la segunda campaña de 2010 cuando por el PRD el alfarismo sí ganó ese municipio, fue funcionaria de Tlaquepaque, luego directora general de Atención Ciudadana en Tlajomulco. Ha sido diputada local, coordinó en el Distrito 6 la campaña de Lemus en Zapopan en el 2015 y se convirtió en la líder de la fracción de regidores de MC en ese Ayuntamiento y como diputada federal fue la coordinadora de la bancada federal naranja tras el rompimiento del Gobierno estatal con el grupo UdeG.

Por toda esta trayectoria, y por la cercanía que siempre ha tenido con el líder del emecismo en Jalisco, muchos se preguntaban por qué no había sido mencionada entre las mujeres que también podrían aspirar a la gubernatura.

Esa incógnita se despejó la semana pasada, cuando se anunció la creación de un grupo de apoyo para que Loya se convierta en la candidata de MC a la alcaldía de Zapopan, un espacio que reclamaban para sí desde que en 2021 Lemus logró imponer como candidato al actual alcalde zapopano.

jbarrera4r@gmail.com 

Jaime Barrera

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