Ideas

Experiencias del más allá

Una de nuestras características identitarias -como mexicanos- es sin duda: la memoria. Henos aquí cantando José Alfredo a punta de recuerdos, henos aquí mirando nuestro cielo nacional pensando en Francisco Toledo y José José -nuestros amados difuntos que hacen patria cultural y popular desde este 2019- a quienes sin duda a fuerza de ofrenda nos resistiremos a olvidar. Esa memoria trajinera es la que nos trae y nos provoca (entre la nobleza y el folclor) para construir nuestra mitología personal y colectiva y por supuesto, es la que nos hace adherirnos a la magna celebración, única y nacional del Día de Muertos.

Para celebrar esta fecha sincrética, en México, destaco la experiencia de la fecha en Pátzcuaro, Michoacán; sitio donde se realizan eventos -con un carácter arragaido a nuestras culturas indígenas- llenos de misticisimo en lugares como Janitzio, Isla Pacanda, Tzurumútaro y Zamora.  En Aguascalientes se realiza un tributo al grabador y creador de La Catrina, José Guadalupe Posadas (quien nació ahí).  Aquí en Guadalajara es toda una experiencia visitar la Feria de Juguetes de Cartón y Día de Muertos en el Parque Morelos; artículos de tradición, arte popular, dulces, gorditas. Sin embargo, si quiere celebrar con toda la familia en un pueblo mágico: Tlaquepaque lleva a cabo una de las celebraciones más llamativas, tradicionales y disfrutales de la comarca con su Festival de Muertos (31 de octubre-3 de noviembre) ahí se realiza un desfile de catrinas y catrines en la vía pública, altares de muerto, actividades para niños, cine, exposiciones, conciertos y talleres.

Por otra parte, en Guadalajara se realizó el año pasado el magno evento Calaverandia; un parque temático del Día de Muertos ubicado en el parque Avila Camacho (enfrente de Plaza Patria), esta experiencia abrió sus puertas desde el 25 de octubre de este 2019 (y hasta el 8 de noviembre).

Pues me lancé a Calaverandia el fin de semana con boleto de entrada general. También hay boleto VIP que incluye acceso a lo mismo, sólo sin hacer cola. Fui con niños y la pasaron bomba. Abren puerta a las 7pm, entramos todos. Desde que pisas el parque se siente la fiesta. El boleto incluye todo -solo la comida no-, y hay dos maravillosos espectáculos: Catrinesque y Alma. Un altar gigante interactivo. No me quiero aventar el spoiler aquí, pero mi hija se quedó boquiabierta con los shows; son cortos, bien producidos y se realizan cada hora. Hay música en vivo, expos y cementerios interactivos, recorridos al inframundo, al limbo, hay catrines y catrinas, carromatos, trajineras llenas de flores, juegos para niños pequeños, áreas VIP, restaurantes, tiendas.

El boleto no es barato, pero la experiencia en familia (o en grupo) vale mucho la pena. www.calaverandia.mx.

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