Etnocidio y lapsus de la 4T
Un supuesto error de redacción de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de la primera fase del Tren Maya, uno de los megaproyectos estrella del gobierno de la Cuarta Transformación, pone en debate, otra vez, la relación del actual gobierno federal con los pueblos indígenas del país.
El error, o lapsus, fue que en la página 404 de la MIA, los redactores escribieron lo siguiente: “El etnocidio puede tener un giro positivo, el ‘etnodesarrollo’, este puede ser posible si se involucra en el proceso de desarrollo y en la administración de beneficios a las poblaciones indígenas que estarían siendo afectadas por el desarrollo, en este caso podríamos entenderlo como un proceso participativo para las comunidades indígenas para involucrarlas”.
Después de que se divulgó en redes sociales la polémica frase “El etnocidio puede tener un giro positivo”, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) reconoció que fue un error de redacción y publicó lo que consideró la corrección: “Sobre la circulación de un extracto fuera de contexto de la MIA del Tren Maya, reconocemos que es una oración desafortunada y aclaramos que es un error de redacción. La frase debe decir ‘El etnocidio tiene un opuesto positivo, el etnodesarrollo’”.
No es la primera vez que los responsables del Tren Maya producen mensajes polémicos. En una entrevista para Claudia Ramos, de Animal Político, en febrero de 2019, el titular de Fonatur soltó un rosario de perlas. Entre otras cosas dijo que “no podemos ser a ultranza conservacionistas cuando tenemos tanta miseria” y que “no ganamos nada como país con tener jaguares gordos y niños famélicos; tiene que haber un equilibrio”. Jiménez Pons planteó un ultimátum a las comunidades del Sureste de México por donde se diseña el proyecto: o se suben al tren o se les pasa. Y remató con esta frase: “Nosotros somos un grupo de izquierda, que inclusive está instaurando más que otra cosa un verdadero capitalismo, más allá del capitalismo de cuates que hay en México (…)”.
Es en estas perlas del titular de Fonatur donde está el núcleo el proyecto, más allá de un error de redacción en la MIA. La clave es que desde el centro, desde la cúspide del Estado se decide “llevar el desarrollo” a las comunidades que consideran pobres y atrasadas. Lo dice con todas sus letras el portal del Tren Maya, el objetivo del proyecto consiste en “reordenar la región del Sureste e incentivar el desarrollo económico en aquellas zonas y regiones que actualmente no están integradas en los circuitos turísticos y económicos”.
Lo que importa es integrar ·circuitos turísticos y económicos”. Es una visión economicista, que pone por delante la creación de infraestructuras y polos de desarrollo para la obtención de beneficios. Es decir, promover ciertas dinámicas de acumulación de capital para beneficio de los inversores.
Los pueblos quedan en segundo plano, aunque discursivamente el gobierno de la 4T diga otra cosa. Así lo cuestionan las organizaciones que se han opuesto desde un inicio al Tren Maya.
Romel González Díaz, del Consejo Regional Indígena y Popular Xpujil (CRIPX), dijo en entrevista con Humberto Paredes, de Pie de Página: “El Tren Maya es un colonialismo moderno”. (…) “Lo que a mí más me provoca problemas para entender esto es que hablando de los pobres y de que nos vienen a traer el progreso, como dice Rogelio [Jiménez Pons], estamos viendo desde el principio una visión colonialista, ‘yo vengo de la ciudad, vengo con todo el conocimiento y te vengo a acabar la pobreza con un tren’”.
Según Fonatur, con la aclaración que dio a conocer ya se corrige el error. Pero no estoy tan seguro. Visto desde el psicoanálisis, la polémica frase del “etnocidio como giro positivo”, podemos considerarlo más bien un lapsus: como aportaciones inconscientes que proyecta partes ocultas de deseos y tendencias. Y no es que el gobierno de la Cuarta Transformación quiera eliminar a los grupos indígenas, pero la imposición de proyectos mediante la visión colonialista implica poner en riesgo las formas autónomas e independientes de reproducción de la vida que tienen esas comunidades. Y a la larga, eso también es etnocidio. No es error, es lapsus.