Estúpidos retos
Los retos o desafíos no son otra cosa que competir con otras personas o con uno mismo; a veces son para demostrar capacidad para hacer algo (que puede ser difícil o desagradable) o para medir fuerzas o habilidades. En mis tiempos -que no fue hace mucho y seguramente también fueron los suyos-, los retos solían ser con las amigas y amigos de la cuadra y consistían en ir a tocar a la puerta de algún vecino y salir corriendo, ver quién duraba más sobre un solo pie o aguantaba más tiempo la respiración o sin parpadear; en el extremo estaba ir a decirle a alguien “me gustas” o competir en quién comía más.
Ahora a los retos también se les dice challenge, en inglés, y hay de toda variedad, aunque en algunos pareciera que el desafío es ver quién se pone en mayor riesgo o se comporta de las formas más estúpidas. El más reciente, que se hizo viral en redes sociales y encendió las alertas en México, es el “reto Clonazepam” o “el último en dormirse gana”; consiste en tomar dicho medicamento controlado (que induce el sueño) y ver quién resiste más tiempo despierto. Obvio, ya hay varios menores intoxicados.
“Clonazepam, combinado con otros medicamentos, puede producir coma”, advirtió tajante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el pasado 25 de enero, tras casos de intoxicación en Nuevo León, Baja California, Coahuila, Veracruz y Guanajuato, algunos de ellos menores de entre 10 y 11 años.
Consumir medicamentos sin prescripción medica, sobre todo de ese tipo, es una estupidez porque una sobredosis puede llevar a la muerte. El Clonazepam genera “somnolencia, mareos y náuseas hasta pérdida de equilibrio, problemas de coordinación, dificultad para pensar o recordar”, describió la Cofepris en su comunicado. ¿Puede una persona en esas condiciones pedir ayuda o alcanzar a llegar al hospital? Además, estamos hablando de un medicamento controlado, que sólo se consigue con receta médica, ¿de dónde lo han estado consiguiendo los menores?
Y mientras hay quienes aceptan este desafío (a la inteligencia y el sentido común), se habla de un desabasto o reducción del suministro de ansiolíticos en el sector salud, donde pacientes -con su prescripción médica- no han podido conseguir este medicamento. El Clonazepam, además de utilizarse para dormir, también es recetado a personas con problemas de ansiedad o que sufren ataques de pánico; gente que sí lo necesita.
Entre 2014 y 2015 hubo otro reto al que se sumaron famosos personajes, el llamado “Ice Bucket Challenge”, que consistía en vaciarse encima una cubeta llena de agua con hielos, como una forma de concientizar sobre la esclerosis lateral. Pero la mayoría de los retos virales no tienen fines educativos ni mucho menos didácticos. ¿Será que retar a hacer sentadillas o abdominales ya pasó de moda? ¿O qué tal dejarle el celular a tu pareja durante 5 minutos?
Ojalá que a los que han participado en el ”reto del Clonazepam” les haya quedado claro que esto de gracioso no tiene nada, pero de peligroso todo. Y al igual que otros retos estúpidos, como golpear a personas al azar o en situación de calle y grabarlo, son competencias sin sentido, que lo único que muestran es quién se comporta más cavernícola, sin valores y mucho menos educación.
¿Qué sigue? ¿Tomar detergente? O quizás educar para que desde la infancia sepan identificar situaciones de riesgo y aprendan a decir no.
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