Estrategia de presión
Ayer en los escalones de la Casa Blanca el Gobierno de Corea del Sur aseguró que su nación vecina está dispuesta a iniciar conversaciones con los Estados Unidos en una búsqueda para aliviar la tensión entre las naciones enemigas. La reunión entre los mandatarios Donald Trump y Kim Jong-Un se presume efectuarse tan pronto como mayo de este año. Diálogo entre estas naciones ha sido limitado por más de cuatro décadas, pero la amenaza de guerra apenas cobra importancia tras las pruebas exitosas de Corea del Norte con armas nucleares.
Los discursos exagerados y políticas nacionales del presidente Trump han alarmado tanto a aliados como enemigos en el mundo y su incapacidad para mantener una narrativa constante obligan a naciones tomar medidas extremas para neutralizar las amenazas que promueve Donald Trump.
Cualquier acuerdo tendrá que ser supervisado y autorizado por parte de las Naciones Unidas y proceder bajo el escrutinio mundial, ambas tomarán tiempo
El camino tendrá que ser largo y sinuoso para encontrar una solución a las diferencias fundamentales bajo las cuales se rigen las naciones. Cualquier acuerdo tendrá que ser supervisado y autorizado por parte de las Naciones Unidas y proceder bajo el escrutinio mundial, ambas tomarán tiempo.
La estrategia de Trump no encaja en lo que podría considerarse diplomacia, al iniciar una explosión de insultos en redes sociales. Es necesario reflexionar si el estado mental de Trump y su forma de operar poco predecible jugaron un papel importante en la decisión del régimen norcoreano al ofrecer la oportunidad de dialogar. ¿Puede ser que Kim Jong-Un esté preocupado sobre la volatilidad del presidente que el aparato militar capaz de lastimar a su disposición?
Estemos de acuerdo o no con las formas y posturas de Donald Trump, el diálogo entre estas naciones es relevante para el mundo entero. El mensaje de este acercamiento puede tomar relevancia en las relaciones de Estados Unidos y China. El Gobierno chino, aunque advertido, es de las pocas naciones que continúan apoyando el régimen norcoreano. De lograr un acuerdo para desnuclearizar la península coreana, Donald Trump habrá logrado lo que sus antecesores no pudieron y en consecuencia alimentar y alentar la postura amenazante de su administración.
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