Ideas

Estragos de las guerras

Sin duda la paz es el mejor ingrediente para el progreso, para la calidad de vida y el bienestar de las mayorías. En las guerras, todos sufrimos, aunque no nos toque de cerca. Los únicos que se benefician son los que venden armas y suplementos bélicos.

Las guerras han azotado siempre a la humanidad, porque no usamos nuestra inteligencia para arreglar los conflictos por medio del diálogo, sino usamos la fuerza para dañar y eliminar a los que se oponen a nuestras decisiones.

Sigmund Freud en una serie de cartas escritas a A. Einstein del porqué de la guerra (1932-1933) explicaba lo siguiente: ¿Puedo sustituir la palabra «poder» por el término, más rotundo y más duro, «fuerza»? Porque los conflictos de intereses entre los hombres son solucionados mediante el recurso de la fuerza. Así sucede en todo el reino animal, aunque los hombres le agregamos los conflictos de opinión. Primero se resolvían por medio de la fuerza muscular, luego por el uso diestro de las herramientas o armas, hasta el llegar a la creación más inteligente de instrumentos y recursos, pero siempre con el mismo objetivo, el de infringir daño o eliminar al contendiente. Y de paso sirve de escarmiento para que otros tengan miedo de recibir la misma suerte y entonces quedar subyugados a la fuerza, por el mismo miedo. 

"Por consiguiente domina el mayor poderío, la fuerza bruta o intelectualmente fundamentada". El hecho es que poseemos aún el instinto de lastimar, de matar y de destruir a los que se oponen a nuestros deseos de gozo, placer y satisfacción por poseer lo que se nos antoje.

Han pasado muchos siglos y seguimos resolviendo nuestros conflictos por medio de la violencia y todavía no predomina el derecho y la diplomacia para arreglar nuestras diferencias de una forma más civilizada.

Siendo la paz el mejor estado de vida, la tranquilidad interior y así convivir en una grata armonía, insistimos en crear un ambiente bélico que sólo genera atrocidades, desolación y muerte.

Los promotores de la cultura de la muerte crean polémica, enfrentamiento, descalifican las opiniones contrarias y no buscan llegar a acuerdos y a conciliar intereses. Usan la Inteligencia para destruir lo que no les parece, en vez de invocar la unión y el afecto para crear una mejor calidad de vida.

¿Cuánto tiempo tardaremos más en ser pacifistas? Todo lo que promueva más cultura y civilidad, obra en contra de la guerra.

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