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Espía hackeado

La masiva filtración de documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tras hackearse sus servidores informáticos por el grupo denominado “Guacamaya”, ha tenido tal impacto en la vida pública de México que el hecho se ha convertido en memes. 

En redes sociales la filtración de los correos del Ejército mexicano se ha centrado en el espionaje que realizan las Fuerzas Armadas a personalidades públicas y a gran escala, por lo que muchos internautas lo han convertido en memes. Por ejemplo, la usuaria de Twitter @mariaatp7, escribió: “¡Solo la Sedena es testigo de lo mucho que te amé”. @dannpineda posteo: “¡Cuando estás llorando en la madrugada: Sedena: U ok?”. Y @diazdelavega1, tuiteó: “Con temor de que mi espía asignado por la Sedena demuestre que me la paso viendo Los Minions”. Como estos se pueden encontrar decenas de chistes acerca del hackeo de documentos del Ejército. Los memes se centran, por lo general, en el espionaje que realiza el Ejército mexicano a personajes públicos, activistas, manifestantes e integrantes de organizaciones sociales.

Según se ha difundido, el colectivo “Guacamaya” infiltró servidores y divulgó documentos oficiales no sólo del Ejército mexicano, sino también de Chile, Perú, Colombia y El Salvador. En su sitio de Twitter, “Guacamaya” se presenta como “Hacktivistas latinoamericanos, defensores del cambio climático, la libertad de expresión y la democracia plena”.

Aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha minimizado la filtración de documentos y ha negado que su Gobierno también practica el espionaje, el conjunto de información revelada es un hecho de la mayor importancia y puede causar más daño político al actual Gobierno, de lo que ahora admite el Mandatario. 

La primera divulgación de estos documentos fue hecha por Carlos Loret de Mola en su plataforma de Latinus el jueves 29 de septiembre. Ahí dio cuenta de este hackeo de más de 6 terabytes de correos electrónicos y documentos a los servidores de la Sedena y dio a conocer, entre los primeros hallazgos, que el Presidente Andrés Manuel López Obrador sufrió un intento de infarto el 2 de enero de este año, por lo que fue trasladado en helicóptero militar desde su finca en Palenque a un hospital militar en la Ciudad de México. 

Pero los hallazgos divulgados hasta ahora suman ya decenas. Isabella González, reportera del portal Latinus, recopiló en un hilo de Twitter más de dos docenas de publicaciones con distintas revelaciones. Por ejemplo los abusos sexuales al interior del Ejército; los proyectos de la Sedena para operar hoteles, museos y parques nacionales, según las nuevas encomiendas asignadas por el Presidente. Una parte de los documentos divulgados tiene que ver con reportes del Ejército sobre presencia del crimen organizado en el país, y la relación con gobernantes. Por ejemplo, la posible vinculación con cárteles ilegales de funcionarios municipales y estatales de Campeche, Veracruz, Tabasco y Chiapas; o cómo la Inteligencia militar vincula con el CJNG a mandos policiacos nombrados por Adán Augusto en Tabasco; se registra también el seguimiento a los movimientos de Rafael Caro Quintero durante sus últimos años en libertad. 

Pero el grueso de las revelaciones por estos documentos filtrados tienen que ver con la actividad de espionaje que realiza el Estado mexicano, específicamente la Sedena, a personas de la vida pública nacional. Para empezar se confirma que se espían entre ellos. Entre los documentos hay detalles de los viajes de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador; el espionaje a gobernadores, diputados y senadores. Hay también documentos que reportan las actividades diarias del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar.

El espionaje de las Fuerzas Armadas se centra en personajes a quienes considera de riesgo para el Estado. Uno de los documentos filtrados confirma que la Sedena vigila a las colectivas feministas y las considera a la par de las organizaciones subversivas. Otro conjunto de documentos confirma el espionaje a los normalistas de Ayotzinapa, a sus padres y las organizaciones que los apoyan y da un recuento pormenorizado de sus movilizaciones. En este caso, un militar asesor del titular de Sedena dio directrices para desprestigiar a padres, normalistas e integrantes del GIEI. Es muy grave esto porque se revela que los instrumentos de espionaje y vigilancia que tiene el Gobierno mexicano no se pusieron a disposición para el fin primordial de buscar a los estudiantes desaparecidos, sino para desprestigiar y avalar la “verdad histórica”. 

En definitiva, lo que se ha divulgado hasta ahora de esta masiva filtración de correos y documentos militares, confirma el gran protagonismo que ya tenían las Fuerzas Armadas y como está institución ha aumentado su presencia y poder en el Estado mexicano en el actual Gobierno. A pesar de sus pifias informáticas, pues el espiador fue hackeado. 

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