Es más fácil morirse que jubilarse en el IMSS
De nada, o de muy poco, les sirve a millones de mexicanos cotizar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y a sus respectivos patrones pagar la aportación correspondiente durante la mayor parte de su vida productiva (entre treinta y cuarenta años), para que a final de cuentas resulte poco menos que imposible poder hacerse acreedor a la jubilación correspondiente, pues ya sea “por indicaciones de arriba”, por prácticas alejadas de todo profesionalismo de parte del personal administrativo (para decirlo diplomáticamente), por el muy ineficiente equipo tecnológico del que disponen -y que en ocasiones ni ese saben utilizar-, por la combinación de todo eso o por lo que usted quiera y guste, es más fácil morirse, que jubilarse.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la propia Secretaría de Salud de nuestro país, la “esperanza de vida” de los varones es de 72 años de vida, mientras que de las mujeres alcanza los 78 años de vida, lo que quiere decir que si un hombre pretende jubilarse a los 65 años de edad -como lo establece la ley-, podría llegar a tener un disfrute de su jubilación durante siete años más, pero como los trámites, búsquedas y demás son tan difíciles de entender y realizar -incluso para quienes deciden contratar a un profesional del tema-, pueden pasar años sin lograr el beneficio que le corresponde.
En la Sub Delegación Miguel Hidalgo en Guadalajara, por ejemplo, existen 23 ventanillas al público, con un promedio de 4 o 5 vueltas por trámite -porque cuando no le falta una “hoja rosa”, le falta otra cosa-, a razón de 4 horas por viaje: Cuando ya cumplió con todos los requisitos, es momento de pasar a otra ventanilla, dizque especializada, y cuando la amable persona que da la cara al público no sabe qué excusa dar, es momento de ir con su jefe o jefa, para alargar más la espera…total, si no muere por vejes o enfermedad, ahí puede quedar ante la desesperación, impotencia y coraje que provoca la ineficiencia de esta burocracia.
APUNTE
Hay quienes aseguran que la orden es del Presidente Andrés Manuel López Obrador, mientras que otros más culpan al Director General del IMSS, Zoé Robledo, de haber dado la orden de desaparición de semanas cotizadas, con la intención de pagar lo menos posible o de preferencia no pagar lo justo a los trabajadores, lo que en cualquiera de los casos mencionados o las razones argumentadas, no pueden calificarse de ninguna otra forma, mas de que un vulgar robo.
Todos los sistemas pensionarios del mundo se encuentran en una situación difícil, pero lejos de buscar y encontrar medidas apropiadas e inteligentes para solucionar la situación, pareciera que en México las “soluciones a la mexicana” son las favoritas.
(r_develasco22@hotmail.com)