Eran hilachas, no piernas
Con la victoria sobre Julio César Chávez Jr., se integró al grupo de élite, el mandón del boxeo global, completado por Floyd Mayweather Jr., Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez.
El argentino Sergio “Maravilla” Martínez convenció a la crítica internacional a través de exhibiciones de alta técnica, sin embargo llegó al reconocimiento mundial estropeado de sus piernas, el basamento para construir obras de arte, boxeo completo.
El cuero que le untó a JC Jr., en Las Vegas en 2012, fue de artista, combinaciones creadas en instantes, sorpresivas, colocadas en un fardo que exponía el campeonato mundial CMB. Pero sus piernas, la mitad, o más de la mitad de sus recursos para la creación de sus obras de arte, estaban liquidadas. No se merecía el resultado de la pelea con el puertorriqueño Miguel Cotto, lo noqueó, y feo, fue paliza para el argentino, perdió el campeonato mundial Medio CMB. Cumplió con el compromiso, y el mundo se enteró que eran hilachas, no piernas, las que compitieron con Cotto esa noche del 7 de junio de 2014 en el Madison Square Garden de Nueva York.
El boxeo “Maravilla” no llegó a tiempo para que Sergio Martínez tomara el tren de las bolsas que sí ganaron Mayweather Jr., Pacquiao y Márquez.
Se habló de una revancha con JC Jr., la que el sudamericano ya tomaba en serio. Del mexicano se esperaba una charlotada más, quien así casi ha extinguido la herencia.
Figura entonces del boxeo global, en España, país que fue su plataforma de lanzamiento, Sergio
“Maravilla” Martínez anunció su retorno al boxeo, enfrentará al español José Miguel Fandiño, en Mediano, el 21 de agosto en Torrelavega, España, y es respaldo de la pelea estelar que encabeza el español Sergio García, boxeador que representa “Maravilla”.
Con 45 años de edad, parece que a “Maravilla” sólo le queda explotar su marca. Alguna vez en los años 1990, el excampeón mundial Welter CMB, el tapatío Jorge Vaca, dijo que pelearía en Estados Unidos para explotar su nombre, ganar algunos buenos dólares y retirarse. No lo hizo, porque en su camino se cruzó el promotor tapatío Jorge Marrón, quien lo regresó al aparador internacional, lo colocó como segundo Superwelter CMB, y así ganó bolsas como si fuera campeón mundial… Y por ahí estaré atisbando.