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“Epidemia” de armas hechizas

La Policía tapatía detuvo el viernes pasado a José Reyes “N”, 31 años, en Lagos de Oriente. Cargaba una pistola artesanal con cuatro cartuchos nueve milímetros listos para detonar.

De un tiempo para acá noté una constante en los comunicados de las comisarías del Área Metropolitana de Guadalajara: casi todos los días reportan detenidos con armas hechizas o artesanales.  

Le pregunté a las comisarías por transparencia el número de artefactos decomisados; me sorprendió el incremento. En 2019 aseguraron 99 pistolas hechizas y el año pasado 321. De 2019 a junio de este año estas son las cifras de decomisos:

Tlajomulco 350
Guadalajara 243
Tlaquepaque 202
Tonalá 74
Zapopan 56
Total: 925

En Tlajomulco una de cada dos armas de fuego incautadas era hechiza. En Guadalajara, una de cada tres.

Estos artefactos son elaborados con tubos galvanizados o incluso con PVC. Se componen de madera, algún tipo de material elástico, resortes, clavos y tuercas. Su fabricación es muy fácil en cualquier taller de torno o donde puedan soldar. Su precio en el mercado negro ronda los mil pesos y son usadas sobre todo por delincuentes ordinarios.

Juan Pablo Sánchez, comisario jefe de la Policía de Guadalajara, me comentó que ha notado un aumento de una clase particular de pistola casera: las tipo pluma. Son como lapiceras, pero con un sistema de ignición capaz de disparar un proyectil.  

Debido a su fabricación rudimentaria, estas pistolas son muy peligrosas; la bala puede salir en cualquier dirección e incluso ha lesionado a inocentes en los alrededores. Hay delincuentes que han perdido hasta la mano, dedos e incluso han recibido el disparo en el rostro.

En teoría el uso de estas armas hechizas se penaliza igual que una normal, pero en la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos no existe una definición clara de estos artefactos. De esta manera, un abogado hábil puede sembrar la duda razonable sobre la naturaleza del artefacto, lo que genera otro factor de impunidad. Se suma que estas pistolas no son rastreables. El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses me respondió por transparencia que carecen de un registro de autopsias que distinga si la lesión se realizó con un arma de fuego normal o artesanal.  

La FGR es responsable de combatir este mercado negro de armas hechizas que crece cada año. En noviembre de 2021, en Tlaquepaque, tras una balacera entre sicarios y policías, las autoridades aseguraron una finca que era una fábrica de armas hechizas. Todo indica que hay una oferta y una demanda que no ha dejado de crecer. Cualquier intento de pacificación de este país comienza por sacar de circulación cualquier armas de fuego, hechiza o normal.

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