Entramos en una nueva etapa. Y no tenemos una política industrial.
El mundo se adentra en una nueva etapa de intensa competencia geopolítica. Los Estados tomarán un papel protagónico en la vida pública, reflejándose en políticas industriales activas e intervencionistas. Estados Unidos, el autor del neoliberal Consenso de Washington, está agresivamente implementando dicha estrategia, ante lo que cabe preguntarnos qué está haciendo México ante esta nueva realidad.
Atrás quedó el mundo unipolar de la hegemonía estadounidense, el sueño guajiro de un mundo sin fronteras y la utopía neoliberal del libre mercado. Nos adentramos al común denominador de la historia: la competencia geopolítica y la anarquía internacional. El Estado está de vuelta, con políticas que girarán en torno al pilar fundamental de la seguridad nacional. “Securonomics” es el nuevo concepto: mantener una base industrial nacional, canalizar recursos gubernamentales masivos a ciencia y tecnología, reducir la dependencia del exterior en rubros económicos trascendentales. Rusia lo está haciendo. China
también. Y asimismo los otrora paladines del libre mercado: Estados Unidos y la Unión Europea. El caso estadounidense es especialmente ilustrador. El mexicano, por distintas razones, también.
El presidente Biden olió los tiempos, y actuó en consecuencia. En menos de dos años negoció dos grandes iniciativas legislativas: la CHIPS and Science Act y la Inflation Reduction Act. Nada similar ha impulsado el presidente López Obrador, a pesar de tener las mayorías legislativas necesarias. Por la primera reforma estadounidense se invertirán 280 billones de dólares para aumentar la capacidad en el decisivo tema de los semiconductores, así como instalar hubs de alta tecnología regionales y preparar una fuerza laboral especializada en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (McKinsey & Company).
Por la segunda reforma se invertirán 500 billones de dólares para impulsar energías limpias, aumentar la base manufacturera
estadounidense e invertir en investigación y desarrollo (McKinsey & Company). Sin embargo, el equipo López Obrador ha hecho todo lo contrario.
Vivir en un momento donde el Estado impulsa políticas industriales es el sueño de la izquierda política. Pero López Obrador no parece saber ni importarle. Al contrario: el presidente, que tanto vociferó en contra del TLCAN, se subió acomodaticiamente a él sin acompañarlo de políticas de Estado, como Estados Unidos. El equipo López Obrador ha reducido significativamente el presupuesto en ciencia y tecnología. Ha disminuido considerablemente el presupuesto en agua, salud, medio ambiente y educación superior. Y ha denostado reiteradamente a la iniciativa privada. Eso sí, ha aumentado enormemente el presupuesto a
los combustibles fósiles y a los ogros blancos del AIFA, Dos Bocas y Tren Maya.
Para el año fiscal 2021, la Patrulla Fronteriza arrestó a 674 mil mexicanos intentando cruzar a Estados Unidos. Para 2022, fueron 823 mil. Para 2023, 735 mil. Para 2024, van 262 mil. Alrededor de 2.5 millones de mexicanos, y esos son solo los arrestados. Van a encontrar trabajo ante las nuevas políticas industriales estadounidenses. Mientras tanto, en México, no hay política industrial alguna, pero sí mucho reparto de dinero para ganar las elecciones que se aproximan.
Fernando Núñez de la Garza
fnge1@hotmail.com@FernandoNGE