En todos lados se cuecen habas
Una de las cosas más tristes de llegar al poder político es lo efímero del mismo, pues justo en la medida del poder alcanzado es, por lo general, lo complicado que resulta saber que se habrá de perder de un día para otro (junto al presupuesto que trae aparejado), especialmente cuando la vida entera del mandatario giró en torno a ocupar el puesto en cuestión.
Prueba de lo anterior es que resulta más sencillo enlistar a aquellos que al terminar su mandato se retiraron con la frente en alto que a aquellos que se quisieron perpetuar de una u otra forma; ya sea intentando la reelección o imponiendo actores claves en la administración del sucesor, siendo la segunda la opción más socorrida por la complejidad que implica la primera.
Dicha tendencia ha sido la nota de las últimas semanas a nivel federal y con justa razón, pues el descaro ha llegado a las conferencias matutinas del Presidente de la República en las que ha tenido la generosidad de recomendar a la Presidenta electa la permanencia de Secretarios, directores y subdirectores. Hecho que si bien ha llamado por demás la atención, no podemos dejar de notar que también en San Juan hace aire, ya que a nivel local no cantan mal las rancheras, pues no se necesita ser Sherlock Holmes para notar que el denominador común entre aquellos que mantendrán su puesto y muchos de los que se incorporan al “nuevo” gobierno es la cercanía con el aún habitante de Casa Jalisco.
El Ejecutivo Federal se ha visto envuelto en múltiples escándalos a lo largo del sexenio por diversos actores, pero aquellos que han sido constantes durante la actual administración es el grupo conformado por los hijos mayores del mandatario y sus amigos cercanos a quienes la prensa ha denominado como “el clan”, grupo que relacionan con la asignación directa en las obras emblemáticas del actual gobierno tales como el Tren Maya, AIFA, corredor interoceánico y la refinería de Dos Bocas (que por la forma en la que consume el presupuesto podría ser llamada Cien Bocas); grupo que busca asegurar la continuidad y rentabilidad de sus negocios bajo la administración de Claudia Sheinbaum.
Uno de los puntos más destacados de esta estrategia es el rol que jugará José Ramón López Beltrán, quien ha mantenido reuniones con Claudia Sheinbaum, en las cuales se ha acordado que ocupará un cargo honorífico para supervisar proyectos clave iniciados por su padre, entre los que destacan aquellos en los que se han otorgado asignaciones directas.
En lo que ve a la sucesión estatal, es imposible evitar sospechar la influencia de Alfaro, pues a pesar del evidente distanciamiento que durante años separó a Enrique Alfaro de Pablo Lemus, ha sido comentado a lo largo y ancho del estado que múltiples secretarios de la actual administración habrán de repetir su encargo, cuya única explicación es el intento de perpetuarse en el poder del aún Gobernador del Estado, pues si algo ha destacado a Lemus es su clara inclinación de sumar a su equipo gente capaz y sin afiliaciones políticas.
Por si los puestos del Gobierno del Estado no fueran suficientes, la influencia que pretende mantener Alfaro Ramírez en el Ayuntamiento de Zapopan es aún más evidente, pues a pesar de que Juan José Frangie manifestó públicamente el buen trabajo realizado por la planilla de MC durante los primeros tres años de su gobierno, para esta administración se incorporaron personajes cercanos a Alfaro que van desde Daniel Guzmán (secretario particular de Alfaro), Gerardo Rodríguez, hasta uno de los constructores favoritos del mandatario estatal, Bernardo Fernández Labastida.
En fin, lo bueno es que son diferentes a la vieja política, imagínense que fueran parecidos.