Ideas

En plena carrera

Partidos aislados o coaligados, hace ya meses que se arrojaron a la carrera electoral del próximo 2024. No pocas personas han lanzado su candidatura y vemos sus amables y sonrientes rostros en espectaculares carreteros con lemas interesantes, pero no precisamente creativos o novedosos, mucho menos convincentes, sobre todo cuando se trata de funcionarios que ya tuvieron su oportunidad y no dieron los resultados esperados. Y nos preguntamos: ¿estando las cosas como están en materia de inseguridad, de cárteles delincuenciales desbocados, de cientos de personas desaparecidas, de miles sometidas a cobro de piso o a cualquier otro tipo de chantaje, cómo es que estos ciudadanos quieren asumir puestos públicos? ¿Será que ya tienen la solución perfecta a la inseguridad que padecemos?

La respuesta es sencilla y permanente. Los políticos de este país hace años que, a lo que se ve, tomaron la decisión de gobernar al margen o en paridad con los cárteles delincuenciales, el Gobierno a lo propio, y los cárteles a lo suyo. Los cárteles dejan a los políticos inaugurar obras, cortar listones, participar en mítines, pronunciar discursos, firmar acuerdos, lanzar candidaturas y organizar elecciones, y los políticos, a su vez, dejan a los cárteles hacer su trabajo con apenas mínimas interferencias, en todo caso, las necesarias para evitar una conmoción social.

Y así, mientras los políticos andan en campaña anticipada bajo cualquier subterfugio, las madres buscadoras siguen tratando de hallar por lo menos los cadáveres de sus hijos, de la misma manera en que la gente que trabaja, los comerciantes y los empresarios, hasta de mediano perfil, siguen pagando piso, pues para negarse a hacerlo, tendrían que contar con seguridad privada de alto rendimiento, o con el auxilio del Gobierno, cosa del todo fantasiosa, ya lo dijo una alcaldesa del noroeste: “paguen piso”. Y también impuestos, tenencias, prediales, el IVA, licencias, etcétera.

¿Cómo ignorar la creciente cantidad de pueblos y ciudades medio devastadas por el efecto de la delincuencia, de tantos ranchos abandonados en manos de los cárteles, aquí mismo en Jalisco? Da tristeza ver a ciudades prósperas, como Coatzacoalcos, en Veracruz, ahora con un malecón lleno de negocios cerrados, obras paradas o dejadas a su suerte, con la consiguiente pérdida de empleos y emigración inevitable de su gente, un escenario que se repite en diversos estados y que nos da un único mensaje: la delincuencia tiene hoy día más poder que el estado, y a la sociedad le corresponde seguir tributando a unos y a otros sin remedio.

Que nada de esto impida que los políticos sigan haciendo campaña no nos sorprende, nos indigna, pues con ello muestran la decisión que tienen de prolongar el estatus del país tal y como ha venido estando hasta el momento presente, pues como dije, parece ser que la inseguridad no es un problema que les toque a ellos resolver.

Tampoco les importa que este orden de cosas pueda producir una nueva guerra civil, un desplome de las instituciones, un colapso del mismo estado, con la consiguiente serie de catástrofes y retrocesos, o incluso brinde a potencias extranjeras la inmejorable oportunidad de ejercer un nuevo intervencionismo militar que nosotros mismos tendríamos que pagar.
 

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